La miel es un alimento nutritivo para toda la familia y muy delicioso, pero hay motivo para apartar este producto de la cuchara de un bebé que no ha cumplido su primer año de edad.
¿A qué se debe esto?
Es posible que la miel que compres en el supermercado contenga las esporas de una bacteria de nombre clostridium botulinum. Las esporas de esta bacteria están en todas partes (en la tierra, en el polvo, y sí, en la miel), pero suelen germinar en comida enlatada que esté podrida y en otros alimentos descompuestos; la toxina que produce es una de las sustancias naturales más venenosas del planeta.
Afortunadamente, las esporas de esta bacteria suelen ser eliminadas al ingresar en la flora intestinal de cualquier ser humano; sin embargo, los bebés no han desarrollado por completo los microorganismos necesarios en su aparato digestivo, por lo que son susceptibles a que se manifieste un caso de botulismo en sus intestinos.
El botulismo infantil es una rara pero grave enfermedad que, en el peor de los casos, puede llevar a la muerte. Las toxinas que provocan el botulismo se generan en el intestino, ya que es un espacio reducido y de poco oxígeno, ideal para que las esporas de la bacteria C. botulinum puedan germinar y liberar toxinas.
Por tal motivo, lo más recomendable es que un niño menor de 12 meses no consuma miel o alimentos cocinados con miel. En el caso de alimentos para bebé que incluyan miel entre sus ingredientes, no hay ningún riesgo de consumo porque durante el procesamiento fueron calentados a una temperatura que elimina cualquier espora que pudiera estar presente. Información Noticieros Televisa