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Todas y todos tenemos alguna historia que contar sobre Porfirio Muñoz Ledo.
A veces buena, a veces mala.
A veces divertida, a veces indignante.
A veces gloriosa, a veces ignominiosa.
Así fue la vida de uno de los grandes arquitectos del sistema político mexicano. Un hombre que supo ser héroe… y también villano.
Impulsor de la transición democrática del país, sin él no habría sido posible la salida del PRI de Los Pinos en el año 2000. No sólo porque, en ese entonces, declinó como candidato presidencial a favor de Vicente Fox. Sino gracias al trabajo que encabezó una década antes, junto a otras figuras políticas históricas como Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez, para lograr un México más allá de un partido hegemónico en el Gobierno.
A Porfirio Muñoz Ledo se le recordará por sus excesos y por las acusaciones que florecieron, en los últimos años, por abusos y violencias contra distintas mujeres.
Por supuesto, igual se tendrá presente, eternamente en la memoria, las veces que se tomaba su ‘jarabito’ o su ‘aperitivo’, como él mismo decía, en horario laboral, lo cual incluso desató quejas en el pleno de la Cámara de Diputados. Pero tampoco se debe olvidar las veces que honró ese recinto con su brillante oratoria.
También será recordado por ser el primer legislador de oposición, senador, concretamente, que se atrevió a cuestionar a un presidente en funciones: su antiguo amigo de juventud, Miguel de la Madrid.
Cómo olvidar, además, que en 1997 fue el primer presidente opositor de San Lázaro y ahí le dijo a Ernesto Zedillo, cuando perdió la mayoría legislativa: “Nosotros, que cada uno somos tanto como vos y todos juntos valemos más que vos”.
Porfirio Muñoz Ledo lo fue todo: senador, diputado, secretario de Estado, priista, perredista, morenista, amigo y rival de presidentes. Lo fue todo, menos lo que más quiso en su vida: ser Presidente de la República.
Al final de su vida, parecía que iba a ser ídolo del morenismo: fue el presidente de la Cámara de Diputados que le puso la banda presidencial a López Obrador, el primer presidente de izquierda. La culminación de una lucha de décadas.
Y sin embargo, se volvió en villano de la Cuarta Transformación: pasó los últimos tres años siendo un fiero crítico de AMLO y su Gobierno.
Muñoz Ledo fue rebelde, institucional, hombre del sistema y antisistema.
Pero, ante todo, fue un hombre de Estado.
Información Radio Fórmula