Por Francisco Garfias
El síndrome de la Guerra Fría, versión Siglo XXI, alcanzó a México en plena época electoral. La fantasía, mal disfrazada de realidad, también. No se ría. No es broma, ni novela ni serie de Netflix.
Es una historia contenida en un artículo del muy serio The Washington Post, el mismo que produjo la caída de Richard Nixon en 1974 por el caso Watergate.
Ese texto, que los adversarios del líder máximo de Morena circularon ayer en redes sociales, dice que el investigador de la UNAM, John Ackerman, es el “portavoz en inglés del precandidato López Obrador”.
Sustenta lo anterior en el hecho de que “los observadores” comenzaron a notar hace meses que la red de televisión no oficial del Kremlin, RT, comenzó a dar largas cantidades de tiempo a Ackerman.
Y más: “López Obrador anunció recientemente que la esposa de Ackerman se unirá a su gabinete si gana las elecciones. Un anfitrión de RT, incluso, describió a Ackerman como ‘nuestro hombre en México’”.
La cosa va mucho mas lejos. La periodista Frida Ghitis, autora del artículo, también colaboradora de opinión de cnn.com, sugiere que Vladimir Putin, presidente de Rusia, podría estar trabajando para apoyar la campaña presidencial de El Peje, a quien califican de “candidato antiamericano”.
Asegura que la hostilidad de Trump hacia México “impulsa la fortuna de AMLO”, a quien describe como “un nacionalista de izquierda que ha defendido el régimen catastrófico de Venezuela y ganado aplausos al atacar al Presidente de EU.”
AMLO “vio cómo su campaña se disparaba cada que atacaba a Trump”, subraya el TWP.
La versión de la interferencia rusa en las elecciones presidenciales en México fue revelada hace unos días por el diario Reforma. Lo hizo tres semanas después de que el asesor de seguridad estadunidense, H.R. McMaster, afirmara en conferencia que los votantes mexicanos son blanco de interferencia electoral de Rusia en las redes sociales.
La representación diplomática de Rusia en México, a través de su embajador Eduard Malayan, rechazó la supuesta interferencia, que encajaría en los planes de Putin de debilitar a Estados Unidos y Europa, a través del descrédito de la democracia, para fortalecer su posición en casa.
¡Mmmmmm!
El triunfo de AMLO no sería una buena noticia para Estados Unidos. The Washington Post señala que el tabasqueño “alteraría dramáticamente” la relación amistosa y mutuamente beneficiosa que mantiene con México, a pesar de los insultos de Trump. Suena a fantasía. ¿No cree?
Una joven de 23 años se presentó el miércoles 3 de enero en el Hospital General de Ensenada, Baja California. Tenía sangrado vaginal, dolores en el abdomen y 18 semanas de embarazo.
Había ingerido una tableta de medicamento –y se introdujo otras tres— para provocarse un aborto. Ya no quería más hijos, explicó a los médicos.
Una semana después, la joven mujer, vinculada a proceso por el delito de “autoaborto”. El próximo 10 de marzo deberá presentarse ante un juez.
Corre el riesgo de enfrentar una sentencia de hasta cinco años de prisión. Es la pena que establece el Código Penal de ese estado, gobernado por el PAN, para castigar la interrupción voluntaria del embarazo.
Deplorable que la mujer sea tratada como delincuente por tomar esa decisión y que todavía haya códigos penales en pleno Siglo XXI similares a los de La Inquisición.
El caso lo llevó al Congreso de la Unión la diputada federal de Morena, Maricela Contreras. Acompañó la denuncia con la petición de no olvidar que la penalización del aborto ha llevado a las mujeres a interrumpir su embarazo no deseado en la clandestinidad.
Exige que a la joven se le deje en absoluta libertad y no tenga ningún tipo de sanción por decidir sobre su cuerpo. Urgió a los distintos estados de la República, sin olvidar a los más mochos, a propiciar las condiciones y adoptar las medidas necesarias para que el ejercicio del derecho de las mujeres a tener hijos sea eficaz y pleno.
Nos escribió Manuel Espino, exjefe nacional del PAN. Nos aclaró que ni en el Congreso ni fuera del mismo tiene acuerdo con alguien del PRI.
“Existe otra versión similar a la que publicas en el sentido de que he pactado con el Frente. También es falsa. No me extraña la rumorología. Pero es como te digo”.
Y es que ayer publicamos en este espacio que la escisión que en breve habrá en el grupo parlamentario del PES no altera la correlación de fuerzas en la Cámara baja, y que diputados independientes, como Espino, jalan con el coordinador del PRI, César Camacho. Aprovechó para comentarnos que la organización que preside, Concertación Mexicana, y más de 400 agrupaciones en todo el país, decidieron no apoyar en lo absoluto al PRI, ni a sus políticas ni a sus candidatos. “La primera semana de febrero decidiremos a quién apoyar en la carrera por la Presidencia”, puntualiza.
—¿Has votado (en la Cámara de Diputados) con el PRI?—le preguntamos.
— No, he votado con el PRI coincidiendo en algunos temas. Otros en sentido opuesto. Mis votos han sido con base en lo que yo creo que conviene. Nunca en acuerdo con ninguna bancada— puntualizó. Información Excelsior.com.mx