Los bares, hoteles y restaurantes alemanes llevan cerrados desde la instauración del segundo confinamiento en noviembre pasado
Los productores de cerveza de Alemania pidieron al gobierno ayuda financiera tras verse obligados a tirar la cerveza no vendida, para hacer frente a la reducción de la demanda a causa del confinamiento por el coronavirus (COVID-19).
Los bares, hoteles y restaurantes alemanes llevan cerrados desde la instauración del segundo confinamiento en noviembre, tras el primero que se impuso a principios del año pasado.
Las empresas pidieron al gobierno alemán que se les concedan ayudas en el marco de los programas nacionales destinados a facilitar la recuperación de la industria tras el impacto del coronavirus. Berlín ha asignado ayudas financieras a los bares y pubs, pero no a los productores de cerveza.
“Cada semana son más las cervecerías, los bares propiedad de empresas cerveceras y los mayoristas que se enfrentan al cierre por causas ajenas a su voluntad y se ven en riesgo de quiebra”, dice una carta abierta firmada por unas 300 cerveceras y publicada por las asociaciones de cerveceros DBB y VPBD.
Algunas de las empresas firmantes son Carlsberg Deutschland, una unidad de la cervecera danesa Carlsberg, Bitburger Braugruppe, Krombacher y Paulaner Brauerei.
“El confinamiento y el subsiguiente hundimiento del mercado de la cerveza de barril supuso que las cervecerías perdieran de la noche a la mañana gran parte de sus cimientos económicos”, afirma la misiva.
“Se han tenido que desechar existencias por valor de muchos millones de euros porque han superado su fecha de caducidad”.
Las ventas de cerveza embotellada en los comercios no fueron “ni de lejos suficientes” para compensar la pérdida de ventas en el sector de la hostelería y las escasas exportaciones, dijeron las cerveceras.
Con información de Reuters/Televisa