• Las personas que dejar de fumar obtienen múltiples beneficios, como un cambio en la piel y el color de los dientes, el aliento, y se reduce el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria
• José Alberto López Quijano, camillero en Yucatán, venció al tabaquismo y su condición física mejoró considerablemente
En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora el 31 de mayo, la Oficina de Representación Yucatán del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reitera la importancia y los beneficios que brinda el dejar de fumar, sobre todo durante esta emergencia sanitaria, ya que los fumadores son uno de los grupos vulnerables al presentar mayores complicaciones por COVID-19, entre otros padecimientos de riesgo.
Eduardo Sánchez Sánchez, coordinador auxiliar delegacional para la Promoción y Prevención a la Salud de los Trabajadores del IMSS en la entidad, reiteró que este día tiene la finalidad de crear conciencia sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco, así como la exposición al humo de tabaco.
En el IMSS, las Unidades de Medicina Familiar (UMF) cuentan con áreas de Trabajo Social en donde los usuarios y trabajadores pueden solicitar orientación o seguimiento especializado para evitar el consumo de tabaco, además de atención médica ante los efectos del tabaquismo.
De igual forma, el Instituto cuenta con un convenio con los Centros de Integración Juvenil (CIJ) y los Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) para apoyar a quienes lo requieran.
Las personas que logran dejar de fumar obtienen múltiples beneficios, por ejemplo, en la piel y el color de los dientes, el aliento, reducen el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria, la circulación mejora, la función pulmonar mejora un 30 por ciento; además disminuyen los episodios de tos, congestión, el cansancio y la dificultad respiratoria.
Advirtió que los fumadores activos y pasivos presentan alta probabilidad de padecer cáncer, complicaciones respiratorias, embolias, infartos, así como enfermedades cardiovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); de igual forma, el tabaquismo puede empeorar padecimientos neurodegenerativos, como el Alzheimer y Parkinson, entre muchos otros.
José Alberto López Quijano, quien actualmente se desempeña como camillero del IMSS en Yucatán, cuenta su experiencia de cómo venció al tabaquismo, ya que comenzó a fumar desde los 19 años de edad por aceptación social en su grupo de amigos. El consumo de cigarrillos se incrementó con el tiempo hasta llegar a fumar una cajetilla al día, por seis años; sin embargo, decidió dejar ese hábito y actualmente su condición física mejoró de manera importante.
“Yo le diría a todas las personas, sobre todo ante esta emergencia sanitaria en donde el ser fumador es un factor de riesgo de presentar mayores complicaciones por COVID-19, que reflexionen y que investiguen, ya que se llevarán una gran sorpresa al ver cuantos químicos dañinos contiene un solo cigarro y el daño irreversible que le genera a los pulmones. Si quieren dejar de fumar sólo es cuestión de voluntad”, comentó José Alberto.
Actualmente, cumple cuatro años sin fumar: “tres integrantes de mi familia fallecieron por cáncer, uno de ellos, mi padre; no le deseo a nadie el proceso de ver a un familiar cansado y sufriendo por este tipo de enfermedad. Fumar es uno de los vicios más asquerosos y desagradables que existen”.