Por Yuriria Sierra
Entre los 100 posibles ganadores del avión presidencial y la posibilidad de regresar a los asuetos entre semana. Ahí ha querido el presidente López Obrador que esté el debate, la atención pública en los últimos días. Hoy, por ejemplo, sabremos si se vende o se rifa el TP01, pero de aquí al término del ciclo escolar, estaremos con el pendiente de los puentes. ¿Se van o los mandarán a volar? La justificación es lo de menos. Si algo hemos visto en estos meses de gobierno es que la voluntad y la ocurrencia importa siempre que sale de Palacio Nacional.
Y si fue tema improvisado, salió bien. Funcionó para el giro en el reflector, pendientes abrumadores hay tantos. Lo que no salió bien es que esto muestra una vez más el poco conocimiento de los alcances del “borrón y cuenta nueva” y afianza esa ruta de acabar con todo lo que huele a gobiernos pasados. Llevamos 20 años con los fines de semana largos a razón de los días festivos por conmemoraciones históricas. Éstos se establecieron, por algunas razones más, para incentivar el sector turístico. El ejemplo del impacto de esta modificación en la Ley Federal del Trabajo que data del sexenio de Vicente Fox, lo tuvimos hace unos días: 4 mil millones de pesos se generaron en todo el país. Hospedaje, traslados, alimentos, centros nocturnos y un largo etcétera que sin duda será aún más extenso si pensamos en la cifra negra, la que genera la economía informal. Pero por sí sola, es una cantidad enorme que da aire a un país que se vive entre varias tragedias. En 2019, en los tres puentes oficiales, se generaron 10 mil 841 millones de pesos. Habrá que sumarle los puentes que se dan por razones religiosas.
Los fines de semana largos no se reducen a juntar días de descanso, significan la posibilidad de muchos negocios, de todos los tamaños, de generar ganancias. Hace que el dinero fluya, que se gaste, inyecta vida a la economía. ¿Cuál será la razón con la que el Presidente sostiene que no habrá un impacto en la cancelación de estos asuetos de larga duración? ¿Cuáles serán sus otros datos en los que respalda su propuesta?
La historia nacional, uno de los temas favoritos del Presidente, no debería convertirse en el argumento para borrar de tajo con las cosas que funcionan. El falso debate aquí es centrar el tema en un asunto de frivolidad; cuando en realidad el peligro es creer que estas “banalidades” no tienen consecuencias y que no vale la pena hablarlas. Porque pese a lo que en Palacio Nacional nos puedan asegurar, lo cierto es que pegarle así a la economía y a un sector que ha fungido como uno de nuestros grandes pilares dentro y fuera de nuestro territorio, sería meternos un autogol. Porque, además, no hay relación, no la encontramos, entre los puentes y el incentivo a los estudiantes y el resto de mexicanos para que conozcan el pasado nacional. Ésa es labor, en su mayoría, de las aulas y los planes de estudio, que tendrían que estar debidamente armados. Es una ocurrencia que, como otras más, podría tener consecuencias de la que podremos tardar en recuperarnos. Pero, bueno, todos tendremos muy claro que Benito Juárez nació el mismo día que empieza la primavera… Información Excelsior.com.mx