Por Enrique Aranda
Al tiempo que, en la Ciudad de México, la “fractura” en la unidad partidista ocasionada por su decisión de imponer a Claudia Sheinbaum como virtual aspirante al gobierno capitalino no acaba de sanar, el incuestionable mandamás en Morena, Andrés Manuel López Obrador, parece haber causado una fisura más —“menos ruidosa ciertamente, pero tan peligrosa como la anterior”— entre la militancia, la de Puebla en este caso… y un enfrentamiento innecesario con el más importante y representativo entre quienes, en el sector privado, apoyan su aspiración presidencial.
Y esto porque, si bien en un primer momento había avalado la eventual postulación del exdirector ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Enrique Cárdenas Sánchez, a la gubernatura de Puebla, la (desaseada) intervención de uno de los hijos del tabasqueño, José Ramón, en este caso, en las etapas finales del proceso de selección interna, acabó desplazando al académico exrector de la Universidad de las Américas-Puebla para imponer a Luis Miguel Barbosa quien, si bien no carece de seguidores en la entidad, es señalado como punta de lanza del esfuerzo de reposicionamiento a nivel estatal del (poco querido) exgobernador Manuel Bartlett Díaz, quien le coordina en la Cámara alta.
Ahora que, más allá de la confusión que, al cierre de octubre, generó la designación del experredista entre la militancia morena de Puebla —en el marco de un operativo más que similar, igual, al que se armó en la CDMX para “hacer a un lado” a Ricardo Monreal Ávila, el más aventajado en su momento ente los aspirantes del Movimiento Regeneración Nacional a ocupar la vieja sede del Ayuntamiento, frente al Zócalo capitalino—, lo que aún hoy no acaban de digerir algunos entre quienes forman en el círculo de El Peje es que, en lo que a Puebla se refiere, AMLO había comprometido ya su aval en favor de Cárdenas quien, a su vez, gozaba del apoyo de Alfonso Romo Garza, el más importante de sus asesores empresarios y, también de un buen número de hombres de empresa a nivel estatal.
Así como en la capital del país entonces, al menos en apariencia, López Obrador parece seguir tropezándose con él mismo o con sus más cercanos, sus hijos Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo Alfonso (López Beltrán), más la secretaria general Yeidckol Polevnsky en particular, en lo que a la consolidación del su aún novel partido y, más, de la unidad de una militancia que, si bien, ve en él a un líder con capacidad para enfrentar al sistema y empujar el cambio de México, no parece dispuesta a aceptar cuanto de él provenga… ¡sólo porque así lo quiere o decide!
ASTERISCOS
* Ayer, por cierto, otro poblano, Rafael Moreno Valle, aprovechó su estancia en Mérida para identificar, con nombre y apellido, a quienes, dijo, “están acaparando todo y quieren distribuir los espacios de poder…” en el Frente Partidista, perdón, Ciudadano, del que el exgobernador quiere ser candidato presidencial. Sólo para evitar equívocos, hablaba de Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado… ¿o no?
* En Acción Nacional, se asegura, no habrá ni dedazo ni pase automático para aquellos alcaldes que aspiran a reelegirse el próximo 2018 pues, por decisión de su coordinador a nivel nacional, el yucateco Renán Barrera, los mismos deberán exponer ideas y programas, amén de exhibir resultados obtenidos hasta ahora, en mesas políticas organizadas con tal fin.
* Significativo, por decir lo menos, lo expuesto por el mandamás tricolor en el Senado, Emilio Gamboa, en el sentido de que para sus representados, el crecimiento de la economía acredita un buen manejo de las finanzas públicas y posiciona al actual, como el sexenio del empleo, dada la creación de más de 3.1 millones de ellos hasta ahora. ¿Comentarios?
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx