QR, buenos resultados

Por Francisco Zea

Como lo he dicho cada vez que escribo al respecto, nunca he negado mi cercanía y amistad con Alberto Capella, secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo. Esto hace que mi columna se pueda leer sin engaños y teniendo como base la frialdad de los números.

En el portal de noticias Sin Embargo, de nueva cuenta, y lamento que así sea porque está perdiendo toda seriedad, publicaron una estupidez al respecto de esta empresa de medios y ahora del mismo Capella.

Según el ya casi invisible “periodista”, en Morelos se le dio protección a Santiago Mazari, apodado El Carrete. Argumentando que nunca se le detuvo en su paso por el estado de Morelos. Hay que recordar la historia con fechas y hechos, no acusar sin sustento. El famoso Carrete actuó con total impunidad hasta la llegada de Capella en Morelos.

En hechos comprobables y no voladas, la primera averiguación previa que se le abrió al Carrete fue por su presunta participación en el secuestro de un empresario ganadero de apellido Morales y la investigación al respecto estuvo a cargo de la unidad especializada contra el secuestro de Morelos, de la cual la Comisión Estatal de Seguridad Pública tenía gran articulación y hasta cierto liderazgo en ese entonces por el hoy injuriado Capella, titular de esa Comisión.

Los que tengan memoria o ganas de investigar, y no sean plumas pagadas tratando de magnificar los escasos logros del Gober “viajador” o mejor conocido como Lord me vale madres, pueden recordar también la puntual persecución y eventual detención de Alfonso Miranda Gallegos, tío del Carrete, que fue detenido la semana pasada. Como alcalde ayudado de los 54 policías municipales, hicieron de Amacuzac y 10 municipios del sur del estado de Morelos un coto de poder al servicio de Los Rojos. Quien fue detenido el 6 de mayo de 2018, cuando era candidato a la elección para repetir como alcalde de nueva cuenta, siendo presentados claramente los vínculos con Mazari, precisamente recabados por quien hoy es difamado en Sin Embargo.

De la misma forma, Jorge Miranda, sobrino de Alfonso y primo de Santiago Mazari, El Carrete, también fue detenido como alcalde en funciones por autoridades federales apoyadas, nada más y nada menos, quien, por Capella, en su propia oficina por sus presuntas actividades de protección y lavado en favor de su primo y de Los Rojos. Luego entonces miente quien de forma malintencionada escribe que como responsable de la Seguridad en Morelos tuvo un “oasis” de impunidad que otros delincuentes pueden haber trasladado ahora a Quintana Roo. Me parece que esas afirmaciones causan una grave afectación a la reputación del funcionario y de hecho debe de ser reclamado ante los tribunales. Afirmar que hay complicidad de funcionarios por la falta de detención de un prófugo, es igual a afirmar que desde Fox hasta López Obrador son cómplices del Mayo Zambada, líder mítico del Cártel de Sinaloa. La verdad, lamento que compañeros que andan ofreciendo la maquinación de libros por tres millones de pesos queden resentidos y escriban a la orden del mejor postor. Y lo que más les duele son los resultados que se acaban de publicar en donde, de nueva cuenta, hubo una importante contracción en los delitos de alto impacto y por ello seguirán fregando a Capella. ¿Quién está con los buenos y quién con los malos?

En otros temas, en este país tan necesitado de emprendimiento y nuevas ideas, surge en Quintana Roo un proyecto imprescindible. Sin duda, todos los que hemos requerido de un taxi tenemos un reclamo único: ¡seguridad! Si además le sumamos buen servicio y coches de calidad, la ecuación se resuelve sola. En Quintana Roo ha surgido un servicio que se llama Taxi Naranja, que es un programa de certificación de ONU Women para prevenir cualquier delito de género en el transporte público. Quintana Roo es el único estado que ha implementado este programa que además ayuda a la modernización de los anquilosados sindicatos de taxistas.

¿Pero en qué consiste? Bueno, pues es la suma de un vehículo nuevo, de un chofer certificado en ética y valores, de más está decir que hay un examen toxicológico y que la forma de conducir y la interacción con el usuario es de primera. Lo más impresionante es que el vehículo tiene cuatro cámaras de seguridad conectado a wifi y a gps, además de una “caja negra” y un centro de monitoreo 24 horas y de seguimiento de ruta, así como un call center de servicios al usuario ligado a una aplicación que hace palidecer al triste Uber que opera en México, y que ofrece pagar con lo que se le dé la gana, ya sea tarjeta de crédito, débito, prepago y efectivo. Una revolución orgullosamente mexicana que está llamada a derrotar a todo lo conocido. Y lo destacable es que fue desarrollado por el Gobierno del Estado, encabezado por Carlos Joaquín González, y están en pláticas para que funcione en lugares como Ciudad Juárez, Chihuahua, Acapulco, Guerrero, Vallarta, Jalisco, San Miguel de Allende, Guanajuato y Los Cabos, Baja California. De verdad que esto representa un antes y un después. Información Excelsior.com.mx