CIUDAD DE MÉXICO
El Congreso de Estados Unidos está luchando para evitar el cierre del gobierno federal en medio de negociaciones tenaces sobre un compromiso presupuestario.
Los legisladores tienen hasta la medianoche de este viernes para aprobar una ley de gastos o arriesgarse a la primera paralización del gobierno desde 2013.
Inicialmente, la fecha de vencimiento del financiamiento expiraba en octubre, pero la aprobación de múltiples medidas temporales de gasto llevó el plazo hasta el 19 de enero.
¿QUÉ ES UN CIERRE DEL GOBIERNO?
Cuando el Congreso de los Estados Unidos no aprueba los fondos apropiados para las operaciones y agencias del gobierno, se desencadena un cierre.
La mayoría de los servicios del gobierno se congelan, salvo aquellos que se consideran esenciales, como el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI.
Durante un cierre, casi el 40 por ciento de la fuerza de trabajo gubernamental es suspendida sin pago y se les ordena que no trabajen. Muchos, pero no todos, son empleados federales que no son de defensa. El personal militar en servicio activo no se ve afectado.
Los miembros del Congreso están en un punto muerto sobre lo que debería incluirse en un proyecto de ley de gastos para mantener abierto el gobierno. Los demócratas han insistido en que cualquier compromiso también debe incluir protecciones para los casi 700 mil jóvenes inmigrantes indocumentados, conocidos como “dreamers”, que fueron ingresados en Estados Unidos cuando eran niños.
Los “dreamers”, a quienes se les otorgó el estatus legal temporal bajo el gobierno de Barack Obama, estuvieron nuevamente expuestos a la amenaza de deportación cuando Donald Trump decidió rescindir sus protecciones en septiembre. Trump y los republicanos argumentaron que la inmigración es un tema aparte y que puede tratarse más adelante. No está claro si los demócratas tienen los votos para forzar un cierre sobre “dreamers”.
Hubo 12 cierres gubernamentales en Estados Unidos desde 1981, aunque varían en duración.
El más largo ocurrió bajo la presidencia de Bill Clinton, durando un total de 21 días desde diciembre de 1995 hasta enero de 1996, cuando el entonces presidente de la Cámara, Newt Gingrich, exigió recortes drásticos a programas gubernamentales como Medicare, Medicaid y asistencia social.
El cierre más reciente se produjo con Obama en 2013, enfrentando al presidente contra la Cámara de Representantes liderada por los republicanos. Los republicanos se negaron a apoyar un proyecto de ley de gastos que incluía fondos para la ley de salud de Obama, lo que resultó en un cierre de 16 días que en su apogeo afectó a 850 mil empleados federales.
¿CUÁLES SERÍAN LAS CONSECUENCIAS DE UN CIERRE?
Casi 1 millón de personas no recibirían sus cheques de pago en caso de cierre.
Un cierre del gobierno le costaría a Estados Unidos aproximadamente 6 mil 500 millones de dólares por semana, según un informe de los analistas de S & P Global publicado en diciembre. El análisis, que basó sus números en cierres anteriores, también predijo ramificaciones potencialmente devastadoras para la economía.
Una interrupción en el gasto público significa que no hay cheques de pago del gobierno; pérdida de negocios e ingresos a contratistas privados; pérdida de ventas en tiendas minoristas, particularmente aquellas que rodean parques nacionales cerrados; y menos ingresos fiscales”, explicó el informe.
Eso significa menos actividad económica y menos empleos”. Información Excelsior.com.mx