Por Ángel Verdugo
En declaración reciente, López afirmó que el actual equipo que a la fecha lo ha ayudado a concretar su obsesión —acabar con la parte moderna de la economía—, seguirá con él tal cual hoy está.
Dicho de otra manera, quienes se han esforzado por exhibir su incapacidad para ejercer la gobernación, continuarán en la tarea que han emprendido —unos desde el 1 de diciembre del año 2018, otros desde fecha posterior— en apoyo del que está decidido a destruir buena parte de los avances registrados en la economía y la democracia estos últimos 30 años.
¿Le parece a usted que los dos párrafos anteriores no reflejan lo que hemos visto y padecido estos casi 13 meses del actual gobierno? De ser así, ¿cómo podríamos explicar entonces que un crecimiento el cual, si bien mediocre y generaba un número aceptable de empleos formales cada año y ahora, como consecuencia de una visión que me resulta difícil calificar, este año será —en el mejor de los casos— del 0.0% y el número de empleos formales apenas llegará a los 400 mil?
¿Cómo poder entender y explicar la lógica que soporta una gobernación cuyo fruto más evidente, es haber disparado los niveles de desconfianza de los agentes económicos privados en quienes deben generar lo opuesto: confianza y certidumbre?
¿Cómo calificar las insensateces ante la violencia sin control y la aceptación casi franciscana de una nueva realidad en la cual, lo destacable es la expansión de las zonas controladas por bandas diversas de delincuentes? ¿Cómo podría alguien en su sano juicio aplaudir la posición adoptada ante el salvajismo y la barbarie de grupos que retan a las Fuerzas Armadas, y vejan de múltiples formas a sus integrantes?
Es más, ¿cómo entender el papel que se le hace jugar hoy al Ejército el cual, lejos de prepararse para enfrentar los retos a la estabilidad política y económica de grupos con un poder de fuego impensable, los vemos de albañiles y trabajadores de la construcción mientras miles de mexicanos son asesinados por aquellos delincuentes?
¿Es posible encontrar una explicación racional a las preguntas hechas en los párrafos anteriores, las cuales resumen lo que sería destruir lo que equívocamente López llama “época neoliberal”? ¿Acaso es también volver irrelevantes a las Fuerzas Armadas para destruir así, el garante de última instancia en contra del que pretendiere socavar el orden constitucional?
Ante lo detallado arriba y muchas cosas más que abonan en esa dinámica destructiva de la estabilidad, ¿suena lógico mantener a los mismos? ¿Acaso así debe premiarse la ineptitud y el afán de destruir toda institución, dejando en su lugar a quien ha demostrado fehacientemente una incapacidad peligrosa para el buen manejo de la administración pública?
En las economías abiertas y la democracia, los ajustes de los equipos gobernantes son algo normal y las más de las veces, deseables; mantener en éste o aquel puesto al que ha demostrado incapacidad y nulo entendimiento de lo que debe ser gobernar en el aquí y ahora, es desgobernar; a ése, se le despide, no ratifica. ¿Por qué aquí se decide lo peor para el país y su economía? ¿Qué explica mantener en el puesto a quien con su incapacidad y falta de dignidad profesional, daña a México?
¿Estaremos ante una nueva gobernación la cual, en vez de construir y mejorar lo existente para sentar las bases de un mejor futuro, lo que se pretende es destruir lo logrado y llevar a la ruina el país para empezar de cero a construir otro el cual, lejos de ver al futuro estaría anclado en ese pasado que López añora e idolatra?
De haber llegado a este punto con la lectura, ¿qué piensa usted de lo que ve y padece con esta gobernación? ¿En verdad está usted feliz, feliz, feliz? ¿Advierte en las decisiones tomadas por López y su equipo un afán modernizador o uno de retroceso?
Al margen de cuál sea su opinión de las cosas que hemos visto estos trece meses en materia de gobernación, ¿por qué no empezar el año 2020 ejerciendo nuestra capacidad analítica para, con los elementos que la realidad imperante nos proporciona, concluir si las cosas van bien o no?
¿Acaso teme concluir que las cosas van en sentido opuesto a lo que imaginó sería este gobierno? ¿Le molesta la posibilidad de tener que reconocer que la situación generada estos 13 meses, desde la toma de posesión, cada día empeora y no ve signos de mejorar?
En pocas palabras, ¿le teme a la verdad? Información Excelsior.com.mx