¿Qué harían, en situación semejante, funcionarios en otro país?

Por: Ángel Verdugo

El lugar común –de tan común–, suele nada decir. ¿Ha escuchado al menos una vez, aquella frase matadora que no admite aclaración alguna, menos su cuestionamiento? Me refiero a la que dice: La política es cuestión de circunstancias.

Al decirla el que con nosotros discute –o simplemente conversa–, nos coloca en un predicamento. ¿Qué responderle? ¿Simplemente aceptar la frase como si se estuviere ante un axioma y reconocer –sin reticencia alguna–, que el que la pronunció tiene toda la razón? ¿Por qué? Simple y sencillamente, porque la política es cuestión de circunstancias, cualquier cosa que esta frase pudiere significar, o intentar decir.

Cuando un político –cuyas aspiraciones son claras y además, legitimas–, manifiesta su intención de dejar la posición para la cual fue elegido porque aspira a un cargo diferente, suele –como consecuencia del azar–, concretarse alguna eventualidad la cual, por decir lo menos, lo ponen en aprietos para seguir con el plan que se había trazado.

En estas condiciones, para muchos, el político en cuestión debería abandonar sus planes, y permanecer en el puesto para el cual fue elegido o designado porque, la política es cuestión de circunstancias. Dicho de otra manera, porque las condiciones al haber cambiado de manera radical harían inviable, o mal visto, el abandono del puesto para irse a buscar otro.

Lo anterior viene a cuento, por la intención manifiesta del actual jefe de Gobierno de la CDMX, de buscar la candidatura a la Presidencia de la República.

Dadas las condiciones que ha creado la tragedia que enfrenta la CDMX que aquél gobierna, las circunstancias han cambiado, ¿debe proseguir el jefe de Gobierno con sus planes? ¿Debe dejar en manos de otro la responsabilidad de la gobernación, e irse tranquilamente a buscar una nueva candidatura? Ya hizo saber que permanecerá el tiempo que dure la emergencia, cualquier cosa que esto pudiere significar en lo que al tiempo se refiere.

Como podemos ver, la política es cuestión de circunstancias y éstas, ya han cobrado la primera víctima. ¿Qué harán los otros, cuando se acerque el límite legal para separarse del cargo que ostentan? ¿Qué tal si la emergencia permanece más allá de lo que hoy es estimado? ¿Cuál sería la conducta de los Meade, Nuño, Osorio, Narro y Videgaray? ¿Seguirán ellos el ejemplo de Mancera?

Pues bien, la política es cuestión de circunstancias, y ni quien lo dude; preguntemos entonces, ante una tragedia como la que hoy enfrentamos, ¿qué harían funcionarios de algún gobierno extranjero cuyas aspiraciones se verían en dificultades porque, tanto aquí como allá, la política es cuestión de circunstancias?

¿Seguirían con sus planes, y dejarían en manos de otro la responsabilidad y tarea que desempeñaban? ¿Cómo verían los ciudadanos de ese país, si decidieren aquéllos seguir con sus planes? ¿Los castigarían en las urnas, o entenderían las constricciones legales, y el derecho y aspiración legítima del funcionario en cuanto a sus aspiraciones políticas?

En México, ni por accidente entendemos eso; aquí, lo vemos hoy, festinan ya la decisión de Mancera. ¿Será suficiente su decisión? ¿Qué harán los otros?

Usted, ¿qué piensa de la decisión del jefe de Gobierno de permanecer en el cargo que aun ocupa? De permanecer más allá del límite legal para solicitar licencia, ¿lamentaría no verlo en alguna boleta electoral? ¿Qué pensaría de los que festinan lo que usted lamenta? ¿Los castigaría el día de
la elección?

Información Excelsior.com.mx