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Familiares y amigos del empresario yucateco Jerry Barceló Cazola, quien el viernes pasado fue asesinado en Villahermosa, exigieron al gobernador de Tabasco, al de Yucatán e incluso al Presidente de la República que el crimen no quede impune.
“No sólo mataron a una persona, sino que hirieron de muerte a una familia luchadora y ejemplar”, demandaron ayer los familiares en el sepelio del empresario.
“Le queremos pedir al gobernador de Tabasco, al de Yucatán y al Presidente de la República que tomen cartas en el asunto y se haga una verdadera investigación, se atrape y castigue a los responsables de esta tragedia”, dijeron. “No saben el dolor por el que está pasando toda la familia”.
Por cierto, como informamos, el presidente Enrique Peña Nieto conoció personalmente a la madre de Barceló Cazola, la empresaria yucateca Teresa Cazola Bravo, en el marco de una visita que el titular del Ejecutivo federal realizó a Yucatán en mayo pasado.
El cuerpo del empresario fue sepultado ayer entre llantos y gritos desgarradores. Comenzó poco antes de la una de la tarde y concluyó poco después de las dos, antes de que lloviera en Mérida.
“Hasta el cielo lloró la pérdida de Jerry, que era un excelente ser humano”, dijeron amigos de la familia.
Al entierro llegaron alrededor de 100 personas de Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y, en su mayoría, Tabasco, donde residía el hoy fallecido. Entre ellos había compañeros suyos de la empresa 911 Alarmas.
No acudieron personas ligadas a la política ni servidores públicos.
La carroza fue escoltada por un convoy de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyos agentes abrieron paso a la caravana. A las 12:40 de la tarde llegaron al Panteón Florido, en la calle 66 con 95 del centro de Mérida.
La caravana, de unos 30 vehículos, seguía a la carroza gris donde eran trasladados los restos mortales del empresario Barceló Cazola.
En el cementerio decenas de personas, entre ellos su hijo, esperaban la carroza. Al principio los asistentes se veían serenos.
Se oyó la marcha del silencio, que conmovió a los deudos, y conforme transcurría el servicio el panteón se llenó de gritos y llantos de dolor.
El momento más conmovedor fue cuando comenzaron a bajar el féretro al sepulcro. Familiares se aferraron al mismo.
“¡No, mi Jerry, no puedes estar muerto!”, exclamaban a la vez que decenas de personas rompieron en llanto.
Amigos tuvieron que intervenir luego de unos minutos de despedida.
A las 2:05 de la tarde, con las primeras gotas de lluvia, terminó el servicio y poco a poco los asistentes se retiraron.
La tumba, en la sección poniente del camposanto, estaba repleta de coronas y arreglos florales.
Hasta el momento las autoridades tabasqueñas no tienen detenidos por el artero crimen.
La Fiscalía yucateca indicó que su similar de Tabasco no le ha solicitado su colaboración, aunque no se descarta esa posibilidad.
Se averiguó que ayer un grupo de agentes investigadores de Tabasco llegó a la entidad para entrevistar a familiares y amigos cercanos de la víctima con objeto de indagar si el ahora occiso tenía enemigos o si había recibido amenazas.
Las pesquisas se extendieron hasta Yucatán, tal como ocurrió hace unos meses con el crimen de Emma Molina Canto, ocurrido en Mérida, pero con personas tabasqueñas vinculadas al crimen. Información Diario de Yucatán
