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En menos de una semana… la capital de Guerrero quedó acéfala.
Chilpancingo literalmente se volvió tierra de nadie: anoche se dio a conocer que el alcalde priista del la ciudad, Alejandro Arcos, no sólo fue asesinado, sino que, además, se le decapitó. Porque sí, no bastaba con quitarle la vida, también se tenía que humillarlo, vejarlo y mandar un mensaje. Acaso uno que dijera: “Aquí no manda la ley, sino los criminales”.
La muerte del edil, que tomó protesta apenas el 30 de septiembre, ocurrió días después de que su mano derecha, el secretario general del Ayuntamiento,Francisco Gonzalo Tapia, también fuera ejecutado: alrededor de las 17:30 horas del jueves un sujeto le disparó cuando este caminaba entre las calles Teófilo Olea y Juan Ruiz de Alarcón esquina con Madero, en el centro de la capital guerrerense.
Apenas el viernes, tras el asesinato de su colaborador, el alcalde Arcos dio una entrevista en Radio Fórmula donde calificó a Tapia como un hombre íntegro y de valores, además de que descartó que tuviera problemas tanto en el ámbito personal, como en el laboral.
“Una pérdida muy grande para la sociedad, un hombre de bien, un nombre de leyes y de justicia, su trabajo siempre fue recocido por su desempeño profesional, dedicado a servir y con convicción”, dijo en el noticiario de Ciro por la Mañana, para luego solicitar refuerzos al Gobierno federal.
Dos días después, el alcalde también fue asesinado. Pero como hay destinos peores que la muerte, en redes sociales circulan, además, supuestas imágenes de su cabeza decapitada exhibida a modo de trofeo.
Esta situación ocurre en Guerrero en plena contingencia humanitaria causada por el huracán John, cuando aún no había una recuperación plena del catastrófico huracán Otis de hace un año.
Y esto pasa en Chilpancingo cuando apenas se recuperaban de su gobierno anterior, el encabezado por Norma Otilia Hernández, quien fue ventilada en videos pactando con presuntos capos del narcotráfico, lo que le valió ser expulsada de su partido, Morena.
La oposición, tanto el PRI, del cual el alcalde Arcos era militante, como el PAN, hicieron llamados a las autoridades para que atiendan la situación. Revertir la ola de violencia en Sinaloa y ahora en Guerrero, así como en otros estados como Guanajuato, son algunos de los principales retos del nuevo Gobierno.
Información Radio Fórmula