Por Pascal Beltrán del Rio
El descubrimiento de 39 cadáveres en un contenedor refrigerado, que habría cruzado por seis o siete países de la Unión Europea antes de ser descubierto en un polígono industrial al este de Londres, irrumpió en las noticias de ayer por la mañana y provocó indignación en gran parte del mundo.
Los detalles de la información no estaban claros al momento de escribir estas líneas, aunque parecía haber un consenso de que los cuerpos eran de migrantes que trataban de internarse en Europa ocultos de ese modo y que habrían encontrado la muerte por buscar una vida más digna.
No quiero especular sobre la identidad de los fallecidos ni hablar en este momento de la tragedia que significa la migración, sino de cómo, afortunadamente, buena parte de la humanidad se sigue estremeciendo ante una noticia así.
Por desgracia, en nuestra realidad mexicana, el hallazgo de 39 cuerpos apenas nos hace voltear. Acostumbrados como estamos a las masacres, muy poco tiempo se dedica a condolerse por la suerte de las personas que murieron en aquel contenedor.
México forma parte de un puñado de países donde la mayoría apenas levanta los hombros ante algo tan espantoso. Y es probable que eso sea porque la cifra promedio de asesinados al día en este país rebasa por mucho al número de cadáveres encontrados ayer en Essex, Inglaterra. De acuerdo con el dato oficial más reciente, son 95.
Los más de 25 mil homicidios dolosos en lo que va de este año en México superan todas las muertes en la guerra civil de Siria en 2018 (19 mil 800, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos) y casi cuadruplica los de 2019 (misma fuente).
Y, sin embargo, eso no parece estremecernos lo suficiente como para exigir que las autoridades de los tres niveles de gobierno hagan algo al respecto.
No debiera haber otro tema de conversación, pero la muerte se ha sentado entre nosotros de un modo que ya casi no la notamos. Hoy en día, el tema sólo desgarra a quienes son afectados directamente. El resto sigue adelante con su vida y tal vez no por indolencia, sino porque asume que muy poco se puede hacer al respecto.
Si alguien espera que las autoridades actúen y resuelvan este horror sin que se les exija, está mal informado. Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho más de una vez que no va a cambiar de estrategia, a pesar de que ésta evidentemente no da resultados. En abril se comprometió a que en seis meses se sentiría una disminución de la violencia y eso no sólo no ocurrió, sino que la situación empeoró.
O el Presidente está convencido de que va por la ruta correcta o simplemente ha dejado de importarle el problema, porque quizá él también asume que no se puede hacer nada.
¿Qué son 39 cuerpos? En el Reino Unido, una barbaridad. Ese país tiene una tasa de 12.4 asesinatos por millón de habitantes, lo cual quiere decir que el año pasado tuvo 830 homicidios. Son los mismos que se acumulan en México en menos de nueve días. Por eso, aquí, el hallazgo de 39 cadáveres dice poco. En la mayor parte del mundo, esos muertos eventualmente tendrán rostro. Aquí serán un número más.
BUSCAPIÉS
*“Que se sepa que esta ayuda se las manda el patrón, el señor Mencho, no vayan a creer que viene del DIF”, informa una voz mientras miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación reparten despensas a familias afectadas por las lluvias recientes en el poblado de José María Morelos, municipio de Tomatlán, según aparece en un video que circula en las redes. El gobierno federal tiene un competidor en la entrega de asistencia social. ¿Eso lo calentará más que haber tenido que entregar a Ovidio en Culiacán?. Información Excelsior.com.mx