Por: Pascal Beltrán del Rio
Yo siempre he sido un optimista, pero ahora no veo de dónde asir el optimismo. La situación del país es dramática.
Avanzamos hacia el caos. Nuestro pueblo vive en una inconsciencia inverosímil, que lo ha llevado a una ceguera insólita.
De cara a las próximas elecciones, no se está buscando al más capaz, al que ofrezca mejores soluciones sino a un vengador, alguien que venga a resarcirnos de los males que nos ha infligido este gobierno o los partidos políticos.
Aquí hay una actitud antipartido muy peligrosa, porque bien sabemos, con todos los defectos que queramos señalar a los partidos políticos, que la democracia no puede vivir sin partidos. Y aquí hay un rechazo absoluto a ellos.
Y cuando uso la palabra absoluto lo hago en su estricto sentido. Noventa por ciento de los ciudadanos dice que no quiere saber nada de los partidos políticos. La gente va a votar contra los partidos. Y va a votar por un vengador.
Todos los países se quejan. Y se quejan toda la vida, pero son quejas relativas. Pero aquí estamos hablando de un colapso institucional.
El gobierno actual ganó porque se pensaba que podía venir una vuelta al pasado, que podía seguir la política paternalista. Pero a los dos años se vio que el país estaba hundido. Y ahora está fatigado.
Yo comparo lo que estamos viviendo –aunque sé que las comparaciones no siempre son exactas– a la situación de Alemania en los años 30. Es decir, cuando el marco se va al suelo y el desempleo cunde por toda Alemania, los alemanes buscaron un salvador.
Esta situación nos ha llevado a una actitud negativa y las elecciones no van a ser un torneo para escoger un buen Presidente o un buen Congreso sino para nombrar a unos vengadores.
Por supuesto, esto no es nada bueno. Pudiera ser que algo de esto se hiciera en el buen sentido de la justicia, pero los daños que se harían al país serían muchísimo mayores. Nos espera una dictadura. Y esto no le trae ningún beneficio al país.
Aquí, a diferencia de lo que pasa en Colombia, no hay una estructura social que defiende el piso de su democracia. Aquí hay empresarios que se están plegando y dando lugar a esto. Su conducta no ha sido la que adoptó, por ejemplo, la sociedad colombiana. La intuición democrática de Colombia mantuvo la institucionalidad. Y ahora puede pensar en el fin de la guerrilla y el fin del narcotráfico. Yo estoy seguro que los colombianos van a conseguir la paz.
Si usted ve las encuestas, no hay más que un solo candidato. Porque este pueblo no va a votar por un Presidente, por alguien que nos ofrezca un futuro. Aquí se estará votando, como dije antes, por un vengador. La gente dice: “No nos importa, él va a acabar con esta situación”.
No hay aquí un ambiente de responsabilidad ciudadana para que se pudiera tratar de hacer realmente un frente nacional. Aquí todos creen que con poquitos votos se puede ganar.
Aquí no han hecho la segunda vuelta porque los partidos tradicionales creen que con pocos votos ganan. Tienen la mayoría en el Congreso y no aprobaron la segunda vuelta.
Viendo el estado de ánimo en el que está nuestro pueblo, cuál es su estado de ánimo, es muy difícil que se pueda cambiar la inclinación del voto. Estos partidos ya no representan nada, la gente ya no quiere saber nada de ellos. Esto no lo digo con alegría sino con preocupación. Esto lo digo para que se vea cuán hondo es el daño a nuestra democracia.
En este momento lo que estamos discutiendo no es que gane éste o aquél sino estamos discutiendo la suerte de la democracia. Esto puede traer una gran confrontación en el país.
Uno de los errores que cometió la clase política fue prolongar demasiado los liderazgos. Esto le quitó a las nuevas generaciones la posibilidad y ésa es una de las causas del problema que estamos teniendo.
(Palabras proféticas del expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez, en entrevista con Jorge Cura, del canal CV Noticias, de la televisión colombiana, el 13 de agosto de 1998, 115 días antes de la primera elección de Hugo Chávez Frías como presidente de Venezuela).
Información Excelsior.com.mx