La celebración del Domingo de Ramos en Iztapalapa, se realizó a puerta cerrada, sólo participaron los actores y sacerdotes.
No se permitió el acceso ni a lugareños ni a visitantes.
Diana no pudo cumplir su manda, debido a las restricciones.
“Es una manda de agradecimiento por 3 años porque mi hijo nació bien y con buena salud, era venir de Nazarenos y hacer el recorrido con la procesión, ya era el último año que yo hacía con mi hijo cumplir mi manda y pues ahorita nos vamos muy tristes porque ya no se puede hacer lo de cada año, ya nos vamos no va a haber nada entonces por seguridad de nosotros ya nos vamos a retirar”, dijo Diana Baltazar.
Policías de la alcaldía de Iztapalapa, 280 elementos de tránsito y policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cerraron con vallas metálicas, los accesos al Templo del Señor de la Cuevita, donde desde hace 177 años se realiza la representación.
“Ahorita no hay acceso a ningún medio ni tampoco a ninguna persona, se trata que se aísle todo por la contingencia, hay gente que viene a la iglesia”, dijo David, trabajador de la alcaldía Iztapalapa.
Algunos comerciantes de temporada, instalaron sus puestos en la periferia del templo, esperando, aunque sea un poco de venta.
Otros comerciantes, fueron retirados de la explanada central de Iztapalapa por falta de permisos y medidas sanitarias.
En ningún punto del primer cuadro de la alcaldía, se observó a personal de salud tomando temperatura a quienes recorrieron la zona.
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