Por Enrique Aranda
Ahora que sí, donde menos se previó, en la Puebla “panista” de Rafael Moreno Valle y la exgobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, muertos en un accidente aéreo todavía no (suficientemente) esclarecido, Morena comienza a mostrar su verdadero rostro y naturaleza de movimiento político sin estructuras sólidas, carente de ideología única e identidad propios y, en consecuencia, dependiente de la voluntad de un solo hombre, Andrés Manuel López Obrador en este caso.
En las últimas semanas, efectivamente, y luego que con el apoyo del Revolucionario Institucional y algunos panistas “carentes de criterio y dirección estratégica” consiguieran que el Congreso local impusiera al impresentable expriista Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, para que sea él quien convoque a la elección extraordinaria en junio próximo, el lopezobradorismo ha entrado en un proceso de descomposición que, un día sí y otro también, se manifiesta en la descarnada puja por el poder que grupos y personajes libran en la entidad.
Y ello, por la unilateral y ¿unipersonal? decisión asumida por su administradora en turno, Yeidckol Polevnsky, quien, sin más, anunció que el cuestinadísimo Luis Miguel Barbosa volvería a ser quien, como candidato del Movimiento de Regeneración Nacional y, presuntamente, de sus aliados de Encuentro Social (PES) y del Partido del Trabajo (PT), compitiera por el gobierno estatal, dando paso con ello al obvio surgimiento de manifestaciones de repudió ante el comportamiento autoritario de su dirigente que, a la vista de todos, pretende mantener aquello de que sólo “ya sabes quién” y sus cercanos, opinen sobre la designación de quienes representarán al partido, o a la coalición en su caso, en un proceso electoral determinado.
Tal es la situación que ya ayer, por ejemplo, el pleno de la bancada senatorial morena, que encabeza el zacatecano Ricardo Monreal Ávila —“que de grilla algo sabe…”— exigió a la dirigencia partidista dejar de lado su intención de volver a imponer al experredista, advirtiendo que persistir en ello “podría conducir a una división profunda (de la militancia en la entidad) en momentos en que debe imperar la unidad en torno al partido y al gobierno federal”.
Amén de insistir en considerar con toda seriedad la posibilidad de postular para el cargo al senador Alejandro Armenta Mier, exdirigente estatal priista quien, a principios de 2017, fue expulsado del Revolucionario Institucional donde, en otro momento, había cerrado filas con el impresentable exgobernador Mario Marín y el interino Pacheco Pulido, moreno vergonzante éste y orgulloso el anterior, como él mismo ahora.
Cruje pues el lopezobradorismo y exhibe sus obvias carencias y múltiples fracturas, a la vista el arranque de un proceso que si bien se antoja puede ganar casi con quien postule, no genera esperanza alguna de cambio y un mejor futuro para la ciudadanía poblana.
ASTERISCOS
- Donde Acción Nacional encontró ya, finalmente, un militante dispuesto a abanderar el esfuerzo por retener la gubernatura que ocupan desde 1989, es Baja California. Se trata de Óscar Vega, calderonista coordinador de la campaña del controvetido Francisco Kiko Vega, de tan pobre gestión.
- Increible que funcionarios como Georgina Santiago, comisionada del IFT sean encargados de evaluar intereses de megaempresas externas como Disney y Fox, teniendo como intermediarios de éstas a Eduardo Pérez Motta y
Ernesto Estrada a quienes, se afirma, aquella debe la posición.
- Este fin de semana, empresas agrupadas en la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmaceúticos (Amelaf), de Arturo Morales, ratificarán su posición de apoyar la propuesta oficial de privilegiar lo nacional cuando tal producción compita en calidad y precio con la de proveedores extranjeros.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @Enrique ArandaP
Información Excelsior.com.mx