Mérida, 17 de junio de 2020.- Antes de colocarlo, siempre hay que lavarse las manos correctamente con agua y jabón; ya puesto, no se debe tocar para acomodarlo o colocarlo en barbilla o cuello
Especialistas en Epidemiología de la Oficina de Representación Yucatán del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) explican la importancia del uso correcto del cubrebocas, ya que en México no se tiene costumbre de utilizarlo; sin embargo, ante la Nueva Normalidad, si se usa adecuadamente, es una herramienta para evitar la propagación del COVID-19.
Es importante recalcar que el uso del cubrebocas por sí solo no protege del contagio de enfermedades respiratorias; en el caso de Yucatán, las autoridades estatales han determinado que son obligatorios para entrar a centros laborales, transporte, tiendas de conveniencia y farmacias, por lo que al utilizarlos la población también debe seguir las medidas principales de prevención de contagios, como el constante lavado de manos y la distancia de al menos 1.5 metros entre personas.
“Un cubrebocas bien utilizado debe cubrir nariz y boca, ya que si sólo cubre la boca, los microorganismos que pueden estar presentes encima de la tela o material se van a respirar, lo que conlleva un mayor riesgo”, explicó Alonso Sansores Río, jefe de Prestaciones Médicas del IMSS en Yucatán.
Antes de colocarlo, siempre hay que lavarse las manos correctamente con agua y jabón, explicó el también epidemiólogo; ya puesto no se debe tocar para acomodarlo, tampoco colocarlo en barbilla o cuello para hablar, porque se corre riesgo de contaminación. Tiene que estar lo más adherido al rostro y no tener espacios de salidas de aire.
Para retirarse, nunca se debe tocar la parte delantera, por el contrario se realiza por medio de los elásticos; se debe desechar inmediatamente en un recipiente cerrado y lavarse las manos con agua y jabón.
Un cubrebocas estándar tiene un periodo de vida de cuatro horas, aproximadamente, y es el que se recomienda para la población en general que seguirá con las demás medidas de prevención.
Los cubrebocas de alta eficiencia, mejor conocidos como respiradores N95 o KN95, tienen hasta un 98 por ciento de seguridad. Son indicados para quienes realizan procedimientos médicos a pacientes con COVID-19 o en salas donde hay alta concentración de personas con enfermedades respiratorias.
Estas mascarillas tienen un periodo de vida de uso continuo máximo de 24 horas, pero la recomendación es utilizarla por periodos no mayores a 12 horas. Si llegan a arrugarse o pierden su característica de inicio, hay que desecharlas. No se les debe colocar ninguna sustancia para eliminar microorganismos porque se humedecen y en ese momento pierden la efectividad.
En caso de que se opte por cubrebocas reutilizables, éstos deben ser fabricados con tres capas: la interior debe ser un material absorbente como algodón, una intermedia de un material no tejido como polipropileno, y una exterior de un material no absorbente como poliéster.
Para desinfectarlo se recomienda hacerlo en lavadora a una temperatura de 60 a 90 grados, o dejar en remojo 30 minutos en una solución que contenga una parte de cloro por dos de agua, y después lavar con agua y jabón.
Para finalizar, el Instituto recomienda seguir con las medidas de higiene y distancia, como lavarse las manos con agua y jabón constantemente; no salir de casa en caso de presentar síntomas leves de enfermedad respiratoria; evitar tocarse la cara; así como cubrirse al estornudar o toser con la parte interna del codo.