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MÉRIDA, Yuc., 07 de marzo 2025.- La reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio podría tener repercusiones significativas en la industria de la construcción en México. Aunque la medida está dirigida a las importaciones que ingresan a Estados Unidos, es probable que genere efectos indirectos en el mercado mexicano.
Más del 80% de las exportaciones mexicanas de acero tienen como destino Estados Unidos, con un valor superior a los 13,000 millones de dólares en 2023. De igual forma, las exportaciones de aluminio dependen en gran medida del mercado estadounidense, con ventas que superaron los 2,000 millones de dólares en 2024. La imposición de estos aranceles impactará directamente en productos como láminas, tubos, perfiles y barras de acero, utilizados en industrias clave como la automotriz, construcción y energía. En cuanto al aluminio, las afectaciones recaerán sobre láminas, barras y perfiles, esenciales para sectores como la aeronáutica, electrónica y construcción.
Esta situación podría generar un aumento en la competencia en el mercado interno, ya que países que anteriormente exportaban grandes volúmenes de acero y aluminio a Estados Unidos podrían buscar nuevos mercados, incluyendo México, afectando los márgenes de beneficio de los productores locales. Además, el encarecimiento de estos materiales podría traducirse en mayores costos para proyectos de infraestructura pública y privada, lo que podría retrasar o incluso cancelar algunas iniciativas previstas. También existe el riesgo de inflación en la cadena de suministro, ya que el aumento en los precios de acero y aluminio repercutirá en sectores relacionados con la construcción, como la fabricación de maquinaria y equipos, incrementando los costos generales de los proyectos.
Ante este panorama, es fundamental que las empresas constructoras en México consideren medidas como la diversificación de proveedores, buscando alternativas en mercados que no estén directamente afectados por los aranceles para asegurar un suministro constante y a precios competitivos. También es recomendable optimizar el uso de materiales mediante prácticas de construcción eficientes que reduzcan desperdicios y costos. Asimismo, resulta clave el monitoreo constante del mercado para anticipar y mitigar posibles impactos en los proyectos.
Desde la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), reconocemos la importancia del comercio internacional y del T-MEC para la competitividad de nuestra región. Nos preocupa la reciente decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, ya que genera incertidumbre y afecta a distintos sectores. Creemos que es fundamental abordar esta situación mediante el diálogo y los mecanismos del tratado, pues los aranceles perjudican no solo a México, sino también a las empresas y consumidores estadounidenses. Confiamos en que el Gobierno de México trabajará en una solución y reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la competitividad del país en el comercio internacional.
