Por Francisco Garfias
Cuando alguien le ha “insinuado” que utilice su influencia para ayudar a Ricardo Anaya para que AMLO no llegue a Los Pinos “ha recibido la respuesta tajante del Presidente”, nos asegura uno de los interlocutores privilegiados de Enrique Peña.
El hombre no duda que Anaya y “algunos empresarios” quisieran que eso ocurriera. Pero no va a suceder, aseveró.
La fuente respondía a las preguntas que le hicimos sobre la grilla que soltó ayer Andrés Manuel con nombres y apellidos.
El tabasqueño dice que el candidato a la presidencial de la coalición Por México al Frente se reunió con cinco empresarios de grandes ligas a los que pidió que hablaran con Peña Nieto para que lo apoye. Los mencionados son Germán Larrea, de Grupo México; Alberto Baillères, dueño del Palacio de Hierro y presidente del Grupo BAL; Claudio X. González, presidente de Kimberly-Clark de México; Alejandro Ramírez, mero mero de Cinépolis; Eduardo Tricio Haro, patrón del Grupo Lala.
En ese supuesto compló estarían involucrados Vicente Fox, expresidente de México, y el mismísimo Diego Fernández de Cevallos, pero El Jefe ya desmintió.
La grilla empezó con la entrevista que Javier Lozano, uno de los voceros de José Antonio Meade, le dio a Ciro Gómez Leyva en su noticiario matutino de Radio Fórmula. A López Obrador le pareció tan reveladora, que la subió a su cuenta de Twitter acompañada del siguiente mensaje: “No tiene desperdicio la declaración de Lozano sobre las discrepancias de la mafia del poder, y todo porque no quieren dejar de robar o perder el privilegio de mandar”. Javier le dijo a Ciro que el sector empresarial presiona para que el voto útil beneficie a Anaya.
“Hay una presión muy grande para que tanto Margarita como Meade digan: ¡Pásele usted, don Ricardo, y aquí le vamos haciendo de comparsa para ver si le alcanzan los votos para frenar a López Obrador”, aseguró Javier. Pero aclaró: “No va por allí, ¿eh?… Este tipo de insinuaciones o sugerencias no vienen al caso, sobre todo cuando estamos en el primer tercio de las campañas.
“Me parecen completamente fuera de tiempo este tipo de llamados”, concluyó.
De allí se colgó El Peje para hacer sus señalamientos. Los empresarios, precisó, se reunieron con Ricardo hace cosa de mes o mes y medio para que le bajara a sus amenazas de meter a la cárcel a Peña Nieto. “Eso tenía molesto a Peña y que por eso no se hacía el acuerdo, y entonces Anaya les dijo, en esa reunión, que lo ayudaran para convencer a Peña de que la única manera de ganarnos era con la unidad y apoyando a Anaya”.
Ya encarrerados, les diremos que otra versión que se desbarata es la de la inminente salida de Aurelio Nuño del equipo de Meade. Pase lo que pase, nos dicen, el otrora secretario de Educación se queda hasta el final a coordinarle la campaña.
Ya que estamos. El presidente Peña recibió con una amplia sonrisa el pronóstico que el líder de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, hizo ayer del resultado en las elecciones que se avecinan.
El dirigente sindical de plano hizo a un lado las encuestas y se declaró convencido de que el próximo presidente de la República “seguro” será priista. “Y si hay reclamo del INE, se lo pasamos, Roberto Campa”, dijo, en tono de broma, el líder cetemista, en el marco de la celebración del Día del Trabajo.
La ceremonia tuvo que trasladarse del Salón Adolfo López Mateos a una enorme carpa instalada en la Explanada Francisco I. Madero, de la residencia presidencial.
Los invitados no cabían en el salón. Había sindicalistas, líderes empresariales, legisladores, miembros del gabinete ampliado, becarios, académicos, comunicadores. Dos hechos fueron destacados en los discursos: la paz laboral que vivimos desde 2013 y el incremento en el número de puestos de trabajo formales, registrados desde 2013 en el IMSS: 3.6 millones.
“Y en ruta para los cuatro millones al cierre de la administración”, dijo Peña Nieto. Eso permitió a Roberto Campa, secretario del Trabajo, hablar de que éste ha sido “el sexenio del empleo”. El propio presidente Peña comparó las cifras con anteriores administraciones: con Carlos Salinas de Gortari se crearon 1.8 millones de empleos; con Ernesto Zedillo, 2.5 millones; con Vicente Fox, 1.2 millones, y 2.3 con Felipe Calderón. “Nunca antes se habían creado tantos empleos en ninguna administración. Y la diferencia está en la implementación, hay que decirlo, de las reformas estructurales”, destacó el propio Peña.
El toque político en la ceremonia lo puso Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial. Sin nombrarlo, aludió a la coalición de partidos que, a su juicio, promueve la rebasada lucha de clases.
No necesito dar nombres. Se refería a ya sabes quién:
“No podemos caer en discursos que llaman a la división o nos regresan a una falsa lucha entre empresarios y trabajadores, el futuro no se construye en una competencia entre buenos y malos, se construye unidos y con una visión moderna del país.
“Todos somos parte de un mismo engranaje en el que necesitamos sumar esfuerzos, trabajando juntos y con un mismo objetivo, construir un México con mejor futuro, un México con más bienestar para las personas y un México con mejores oportunidades para el desarrollo”.
Este reportero ya iba de salida cuando se topó con la insultante realidad que separa a los dirigentes sindicales de los trabajadores que supuestamente representan. Hasta la explanada llegó una camioneta enorme, brillante, blanca. Nos llamó la atención. Anotamos la marca. Era una Ford Expedition Max. Buscamos en internet el precio: fluctúa entre los 950 mil pesos, la más austera, hasta un millón 200 mil pesos, la más equipada. En ese modesto vehículo se subió, rodeado de ayudantes, un “líder obrero”: Abel Domínguez Rivero, de la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC).
Insulting and unacceptable!, diría el clásico Anaya.
Información Excelsior.com.mx