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Un sábado por la mañana, William Bancroft, de 3 años de edad, fue por primera vez con su familia a desayunar a un restaurante de la cadena IHOP. Parecía una mañana cualquiera en Hot Springs, Arkansas, para los empleados del establecimiento, pero William era un niño bastante especial.
El pequeño había nacido sin brazos, pero este defecto no limitaba del todo su comportamiento. William era capaz de comer y agarrar objetos con sus pies. Esto llamó la atención de la gerente del restaurante, alarmada por los códigos de higiene cuando el niño, sentado sobre la mesa, tocaba los frascos de jarabe con los dedos de sus pies.
La gerente se acercó a la mesa de la familia Bancroft. Alexis Bancroft, la madre de William, se molestó por la actitud discriminatoria de la gerente y la familia se marchó del restaurante sin pagar por sus bebidas.
La señora Bancroft denunció al restaurante en redes sociales y al poco tiempo, medios locales la entrevistaron para narrar su versión de la historia. La madre aclaró que cada que lleva a su hijo a un restaurante, lo lleva al baño para lavar sus pies y en el caso de IHOP no hubo ninguna diferencia.
Tanto los empleados como la gerente enviaron mensajes de disculpa a la familia esa misma tarde, alegando que todo fue un malentendido, pero la madre dijo que William se sintió afectado por el rechazo. El niño ya no quería sentarse sobre la mesa para agarrar las cosas con sus pies, sino quería sentarse en la silla.
El presidente de IHOP, Darren Rebelez, se disculpó por el comportamiento de la gerente -quien fue suspendida- y reiteró que, tanto la empresa como sus franquicias, no toleran la discriminación de ningún tipo. También agregó que los miembros del equipo de IHOP serán recapacitados para proporcionar el servicio adecuando a gente con discapacidades.
Via Washington Post.
