Con el reciente fallecimiento de Hugh Hefner, poco tardaron en revelarse los sucios secretos que esconde su famosa mansión en la que además de organizarse tremendas orgías, las ‘conejitas’ eran maltratadas y usadas como vil objeto sexual, no sólo de él sino también de sus amigos.
Así lo dio a conocer el exasistente personal de Hefner, Stefan Tetendbaum, en una entrevista con ‘The New York Post’ en la que reconoció que su jefe “comenzó siendo un innovador hombre liberal”, pero que terminó siendo en un “sucio viejo rico más”.
El ahora escultor, confesó que una de sus tareas principales era la de limpiar y esterilizar los juguetes sexuales de Hugh luego de ser utilizados; además de escoltar a las ‘conejitas’ a sus habitaciones cuando estas no podían ni mantenerse en pie tras los intensos y sádicos actos sexuales que protagonizaban con los amigos del magnate.
Muchas de ellas, recibían un bono de compensación por permitir someterse a estos actos que dañaban su integridad física y Hefner era testigo de estas orgías, mientras fumaba marihuana y comía sus dulces favoritos.
Stefan comenta que cada habitación tenía instaladas dos cámaras de video para grabar todos y cada uno de los actos carnales que se cometían ahí, esto por si alguno de sus invitados intentaba poner a Hefner en una situación comprometedora; el siempre iba un paso adelante.
Las modelos además de someterse a ‘bacanales’ extremos también eran obligadas a usar implantes de senos, y quienes tuvieran complicaciones eran desechadas y reemplazadas por otra: “No le importaban, para él las mujeres eran descartables”, señala Tetendbaum.