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Desde el inicio del juego sucesorio, Ricardo Monreal abrazó la exclusión y asumió el papel del rebelde. Primero, denunció la arbitrariedad de las encuestas como método para elegir candidaturas y pidió en su lugar primarias abiertas; después, aseguró que había “radicales” alrededor del presidente que iban a dejarnos sin país; luego, plantó cara ante los cambios a la Guardia Nacional y finalmente votó en contra del desmantelamiento del INE y reivindicó su autonomía y el papel del Senado.
Todo esto parecía alejarlo de Morena, así que inició con un movimiento de nombre “Reconciliación x México” —para terminar con la polarización y consolidar un cambio— lo que le costó ataques de todo Morena y de las cuentas de bots de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, recientemente fue incluido dentro de las corcholatas, se tomó una foto abrazado con la Jefa de Gobierno y hasta propuso cinco encuestas para elegir candidato a la presidencia.
¿Realmente buscaba el senador la Reconciliación por México o quería demostrar su valía para reconciliarse con Andrés? ¿La terrible gestión de Claudia Sheinbaum y la caída en las encuestas de la corcholata favorita fue suficiente para que, como se ha dicho en la prensa, aceptara el ofrecimiento directo del presidente para ser jefe de gobierno y así debilitar a la oposición en la capital? ¿Ahora sí tiene garantías de que le cumplan? ¿Importaba la democracia en el partido o supuestas garantías del presidente?
Los políticos tienen intereses, y eso no debe asustarnos, por el contrario, la sociedad—como diría Fernando Escalante— como el espacio de la necesidad, requiere de la competencia entre sus diversos intereses para satisfacer sus demandas. Pero, ¿qué opción puede representar Monreal dentro del obradorismo? ¿Coincide el senador con el neoliberalismo que impulsa el presidente? ¿Está de acuerdo con la postura obradorista hacia el INE? ¿Coincide con el asedio hacia la “inteligencia” —como ha dicho— desde el oficialismo? ¿Sus posturas fueron únicamente para mostrar músculo o realmente tiene una visión diferente de país? ¿Cabe una visión diferente de país en Morena?
La clase política de la transición y ahora del obradorismo ha mostrado que es incapaz de cambiar y que panistas, priistas, perredistas y ahora morenistas solo han sabido acomodarse, mientras el país sigue en una terrible espiral de descomposición. La falta de autocrítica hacia eso no sólo es lamentable, sino que vuelve imposible cualquier tipo de reconciliación.
Urge que surjan liderazgos que trasciendan al obradorismo, a la transición y a toda la politiquería que lleva gobernando por más de veinte años. Información Radio Fórmula