La policía trasladó a más de dos mil refugiados y migrantes que se encontraban en condición de calle en París desde hace semanas, hacia albergues temporales fuera de la ciudad.
Cientos de personas se habían acumulado en el área de Porte de la Chapelle al norte de la urbe, donde dormían bajo puentes y no tenían acceso a agua ni alimentos pese a que se encontraban frente al nuevo centro de asistencia para refugiados, inaugurado el pasado noviembre, que se vio rebasado por el número de personas que arribaban.
El desalojo se llevo a cabo de manera pacífica, aunque en el lugar se desplegaron agentes de la policía antimotines.
Las organizaciones de defensa de los migrantes pidieron al gobierno francés diseñar una estrategia a largo plazo para procesar el flujo de migrantes en lugar de realizar acciones de último minuto para atender la problemática.
El número de migrantes en condición de calle aumentó significativamente luego del cierre del campo de refugiados de Calais en octubre del año pasado.
“No estoy segura a dónde nos están llevando hoy. Sólo quiero estar en algún lugar apto para humanos. Estoy muy cansada y hambrienta”, dijo un estudiante de veterinaria que huyó de la violencia en Somalia.
Muchos políticos locales han cuestionado la eficacia de estos constantes desplazamientos de personas. El último operativo similar en Porte de la Chapelle fue tan sólo hace dos meses y logró reubicar a 1,610 personas.
Esta semana, Emmanuel Macron anunció que buscará mejorar el sistema de asilo francés, criticado por su lentitud e ineficiencia. Macron dijo que quiere un tratamiento “más humano y justo” de las solicitudes de refugio, por lo que se espera que informe en los próximos días sobre las nuevas políticas que se implementarán.
(Con información de The Guardian)