Por Adrián Rueda
La intempestiva salida de Gabriel García Hernández como coordinador de los superdelegados estatales del gobierno federal, y a la vez jefe de los llamados Siervos de la Nación, sacudió ayer a toda la 4-T, debido a que es de los hombres más cercanos a Palacio Nacional. Este movimiento tiene varias lecturas, y al interior de Morena cada quien le da la que quiere… o la que le conviene, sobre todo en los equipos de quienes buscan perfilarse para la sucesión presidencial de 2024.
Algunos cándidos señalan que García Hernández fue removido como castigo por la derrota electoral de los pejistas en la CDMX, y por las fallas en el programa de vacunas anticovid, que las Brigadas Correcaminos operaron a la baja en las últimas semanas. Nada más falso, pues en primer lugar él no se metió a operar la elección en la capital; en el tema de las vacunas el gobierno ha dicho que el ritmo de aplicación bajó ante la falla en el suministro del exterior, sin descontar que Gabriel es muy, pero muy cercano al Presidente.
Otra versión asegura que lo regresan al cargo de senador —al que pidió licencia en noviembre de 2018—, para moverle el tapete en la coordinación de la bancada a Ricardo Monreal, quien supuestamente cayó de la gracia del tabasqueño.
Incluso agregan que junto con García Hernández llegará también a la Cámara alta la aún secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para hacerse cargo de la Mesa Directiva, con lo que cercarían al zacatecano.
Una versión más indica que el exjefe de los Siervos fue enviado al Senado para que haga base en la CDMX, y ayude a Claudia Sheinbaum a recuperar la capital, que el 6 de junio pasado perdió en las urnas. El exfuncionario federal es experto en operación electoral, y apenas hace unos días se había dado a conocer que se encargaría de armar el tejido electoral en los territorios, para preparar la consulta sobre la revocación de mandato del próximo año. Y es que para nadie es un secreto que el inquilino de Palacio Nacional está más que molesto porque su partido perdió la joya de la corona y decidió poner el asunto en manos de los expertos y hacer a un lado a los principiantes.
Con este movimiento, y el anuncio oficial de que desde la Presidencia de la República se manejará todo lo que tenga que ver con el tema de la Línea 12 del Metro, queda claro que el gobierno federal ya tomó en sus manos las riendas de la capital.
Habrá que ver qué pasará con los otros dos informes que sobre el fatal accidente tiene que presentar la empresa noruega a la que se le encargó el peritaje. Si serán presentados en la mañanera y desde ahí se hará el control de daños. Esto deja fuera de la jugada a la jefa de Gobierno, que si bien recibirá ayuda de especialistas, ante la ciudadanía dejará la impresión de que no puede sola con los problemas y necesita de alguien más. Y si la directora del Metro, Florencia Serranía, estaba desaparecida, con esto pasa a ser un florero más en la 4-T.
CENTAVITOS
La alcaldesa electa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, negó tener cualquier nexo con el grupo político del senador Monreal, lo cual no se lo creería ni un niño de guardería, porque todo mundo sabe a quién le ha reportado siempre, al grado de que por eso la alianza opositora en la CDMX la aprobó como candidata. Pero si ella asegura que nada tiene que ver con ese equipo, tendrá la oportunidad de demostrarlo cuando integre su próximo gabinete, donde seguramente nadie de los que ahora están podrá repetir con ella… ¿o saldrá con que rescatará a los buenos perfiles?
Información Excelsior.com.mx