Por Max Cortázar
Lo cierto es que tras casi dos décadas de procesos electorales disputados, México se encuentra inserto en el inicio de uno de los capítulos proselitistas más aburridos. Hasta ahora las estrategias seguidas en las precampañas muestran debilidades en atraer la atención del electorado, como también han sido incapaces de comenzar a ganar tracción a favor de alimentar una expectativa de cambio de humor social, frente al documentado hartazgo colectivo respecto de su clase política. En un próximo espacio abordaré el análisis del desempeño de los precandidatos a la Presidencia de la República en este primer tramo. Por ahora, deseo concentrarme en una de las contadas precampañas que con creatividad, técnica y esfuerzo están tratando de hacer hasta lo imposible por darle un vuelco a los adversos dados cargados en la cual está enmarcada. Me refiero a la de Salomón Chertorivski.
A diferencia de sus rivales dentro y fuera del Frente, que parecen haber aprovechado las fechas decembrinas para bajar al máximo su actividad o que confiados del alcance de sus acuerdos políticos tienen sus prioridades lejos del espacio público, Chertorivski, desde el primer momento del proceso, ha acreditado su arraigo a la Ciudad de México, continuado el intenso contacto con la ciudadanía que comenzó desde sus responsabilidades como funcionario local, pero, sobre todo, ha puesto sobre la mesa soluciones técnicas de política pública a los principales obstáculos al desarrollo sostenido y la tranquilidad de las familias asentadas en la capital del país. Así, la propuesta de Salomón trasciende al simple eslogan electoral y comienza a delinear una plataforma programática responsable ante una ciudad que ya no aguanta más ocurrencias en su gobierno. Consciente de la importancia de abanderar las causas ciudadanas, Chertorivski expone los cambios de abajo hacia arriba en materia política, económica, ambiental, de seguridad y de planificación urbana, las cuales refrescan el debate público al ser distantes de la retórica populista o del lugar común que dominan de manera creciente la narrativa electoral de las diversas fuerzas partidistas. Por su paso directivo en Diconsa y el Seguro Popular, así como su desempeño como secretario de Salud federal y de Desarrollo Económico de la CDMX, Salomón sabe bien que no todo desafío se resuelve con transferencias de recursos fiscales a los ciudadanos —insostenibles en el largo plazo—, sino con la oferta de servicios públicos bien abastecidos y de mejor calidad. Experiencia que le ha llevado a plantear las soluciones más sólidas de la incipiente competencia electoral capitalina.
Chertorivski también propone el uso de tecnología para promover gestiones íntegras y entornos más seguros. Dos de las demandas más presentes en esta coyuntura electoral es el combate a la corrupción y a la delincuencia. En lo primero, plantea difundir detalles de recaudación y gasto público mediante una app en la que los ciudadanos puedan evaluar, de manera directa, la administración de los recursos financieros de la Ciudad. En lo segundo, ampliar la red de vigilancia mediante la interconexión de las cámaras de seguridad particulares, con los centros de monitoreo de la autoridad capitalina y, con ello, disuadir actividades ilegales que en los últimos meses han hecho repuntar las estadísticas de robo a casa habitación y negocios. Asimismo, a la CDMX le resulta por demás necesario un reordenamiento urbano que acerque la vivienda de las familias a sus respectivos centros de trabajo, como lo plantea Salomón, de forma que la costosa infraestructura vial —impulsada desde la jefatura de Andrés Manuel López Obrador y teniendo como secretaria de Medio Ambiente a Claudia Sheinbaum—, deje de ser el eje rector de una fallida política de movilidad que, además, conlleva serios problemas de salud a los capitalinos al incentivar el uso de automóviles. Cabe recordar el deterioro en la calidad del aire que, de acuerdo con el Sistema de Monitoreo Atmosférico, desde 2015 sólo ha tenido aire puro en 16 días promedio por año, en gran parte producto de la duplicación del número de vehículos circulantes en la última década.
Muchos son los desafíos de los capitalinos para asegurar una mejor calidad de vida. La magnitud de los retos merece un discurso electoral que llame a la acción incluyente, al consenso amplio en torno a políticas públicas, como también al privilegio de aquellas alternativas de gobierno viables y responsables. La lucha por la candidatura de Salomón Chertorivski no será fácil, pero con creatividad y experiencia está demostrando que es garantía de las mejores soluciones para la Ciudad de México. Información Excelsior.com.mx