MÉRIDA, Yuc.- Mientras Eduardo E. R. C. apuñalaba en público a la que todavía era su esposa, gritó “Si no eres mía, no serás de nadie y te vas a morir”. Así dijo la tarde del pasado viernes 23 en uno de los pasillos de Plaza Fiesta, sin embargo, el calvario que vivió Jéssica E. C. B. comenzó ocho años atrás con otra promesa, la que se hace en el altar: “Amarnos hasta que la muerte nos separe”.
Durante ese tiempo la víctima sufrió de violencia física y psicológica. Incluso antes de la tragedia había sido amenazada de muerte. También sus hijos.
En audiencia realizada este jueves en el Centro de Justicia Oral de Mérida, el juez segundo de control, Luis Mugarte Guerrero, vinculó a proceso a Eduardo, por el delito de feminicidio agravado. También confirmó la prisión preventiva, por lo que se quedará en la cárcel.
En la diligencia que duró más de tres horas, los fiscales aportaron pruebas para demostrar que Jessica fue víctima de violencia intrafamiliar durante sus ocho años de matrimonio. También de las múltiples amenazas de la que fue víctima.
De acuerdo con la autopsia realizada por el Servicio Médico Forense, el asesinato fue con saña, ya que la mujer recibió seis puñaladas, una de ellas en el corazón.
Trascendió que la víctima había iniciado los trámites de divorcio, lo que habría desatado la ira del feminicida, quien lastimosamente cumplió su promesa, claro ésta, la del crimen y no la de amor. Información Sipse.com