CIUDAD DE MÉXICO.
Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca e intensificó su ofensiva en contra de los mexicanos, la carrera presidencial hacia Los Pinos comenzó a disputarse en suelo estadunidense.
En este año, los aspirantes punteros han visitado Estados Unidos para ofrecer su apoyo a los migrantes y se han vendido como la nueva solución ante las amenazas del mandatario norteamericano.
Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, ha hecho cuatro giras al país vecino, en poco menos de 30 días, y prometió que los viajes continuarían hasta recorrer toda la Unión Americana.
Los panistas Ricardo Anaya y Margarita Zavala también han seguido los pasos del tabasqueño. Cada uno con agenda propia, estuvieron en Washington, se reunieron con migrantes, políticos extranjeros y activistas.
Como si las campañas oficiales de 2018 ya hubieran arrancado, los aspirantes a la Presidencia han llegado a territorio estadunidense para organizar mítines, expresar largos discursos, dar propuestas concretas y hasta a exponer sus planes de acción.
Ninguno ha desaprovechado la oportunidad de pronunciarse en Twitter sobre la situación diplomática de México frente a Estados Unidos, los migrantes o la construcción del muro fronterizo.
Tanto López Obrador, como Anaya y Zavala han publicado, en promedio, 16 tuits al respecto, incluyendo videos y fotografías para ilustrar lo “exitosos” que han sido sus viajes al país vecino, donde existe un padrón electoral de 200 mil mexicanos.
Ricardo Anaya ha ido más allá, pues en febrero pasado difundió una imagen con Angela Merkel, canciller alemana, con quien se reunió en Berlín para dialogar sobre la importancia del libre comercio.
“Pensar en una campaña electoral de 2018, como si Donald Trump fuera el principal problema de México, sería lo peor de la expresión de la miseria moral de los políticos. No quisiera que los aspirantes, dándose un baño de pureza, depositaran todas sus culpas y amenazas en él, porque Trump tiene que ver muy poco con que la clase política mexicana sea una de las peores de América Latina, con el gran nivel de desigualdad en el país y con el más bajo crecimiento per cápita de la región en las últimas dos décadas, sólo por debajo de Venezuela”, afirmó Ugo Pipitone, investigador del CIDE y autor del libro Un eterno comienzo. La trampa circular del desarrollo mexicano.
La llegada de Donald Trump transformó el escenario político y su discurso incendiario en contra de los mexicanos parece haber adelantado un año la contienda presidencial y hasta alteró las estrategias mediáticas de los aspirantes que migraron de tierra azteca a la Unión Americana.
“Yo no quisiera que con la retórica antiTrump se nos olvidara que las raíces de nuestros problemas están en México, no en Estados Unidos”, concluyó el investigador del CIDE, Ugo Pipitone.
Andrés Manuel López Obrador
El primer aspirante presidencial que anunció que realizaría una gira por Estados Unidos fue Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena.
Desde el principio se postuló como defensor de los derechos humanos de los migrantes.
Cada que se ha reunido con los paisanos, les recuerda: “¡no están solos!”.
Ni siquiera Donald Trump tenía una semana en la Casa Blanca y el político tabasqueño ya se estaba asesorando con especialistas e internacionalistas para elaborar una denuncia en contra del gobierno estadunidense por racismo y discriminación, que finalmente interpondría a mediados de marzo ante las Naciones Unidas, en Nueva York, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington.
Como López Obrador se anticipó a los otros aspirantes al comunicar que viajaría a la Unión Americana, cuando se enteró que, a principios de febrero, los dirigentes del PAN y del PRI, Ricardo Anaya y Enrique Ochoa, respectivamente, estaban reuniéndose con migrantes en suelo estadunidense, los tachó de “copiones” y hasta les dijo públicamente que les cobraría por su asesoría.
En sus primeras visitas, López Obrador apostó por visitar Los Ángeles y Chicago, las dos ciudades de EU con mayor número de mexicanos.
De acuerdo con el Instituto de Política Migratoria, sólo ahí se concentraban, en 2013, casi dos millones y medio de los 11.6 millones de mexicanos que residen en ese país.
“Aquí en Chicago, como en los Ángeles, expresamos toda nuestra solidaridad a nuestros paisanos”, aseguró López Obrador en un mitin en aquella ciudad.
RICARDO ANAYA
El itinerario del dirigente del PAN, Ricardo Anaya, también ha estado agitado durante 2017. En 13 días recorrió Houston, Texas; Berlín, Alemania, y la capital de Estados Unidos, Washington.
En Houston se reunió con migrantes mexicanos, activistas y abogados. A los paisanos les prometió brindarles una asesoría jurídica y que aumentaría el presupuesto de la red consular, a través de los legisladores de su partido.
Mientras que el viaje a Europa, según su comunicado, fue con el propósito de construir nuevas alianzas en el mundo con personajes como la canciller alemana, Angela Merkel, a quien consideró la mujer más poderosa del mundo, y con la que se reunió durante una hora.
“Coincidimos con Ángela Merkel en que no creemos en los muros”, escribió en su cuenta de Twitter, donde también publicó una fotografía dándole la mano a la canciller alemana.
Luego de Berlín, el panista voló a la capital estadunidense para dar una conferencia en una de las instituciones líderes a nivel mundial sobre asuntos internacionales y políticas públicas, la Universidad George Washington.
Frente a estudiantes y profesores, Anaya argumentó que la pérdida de empleos manufactureros en Estados Unidos se debía a la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio, a la crisis financiera de 2008 y a la automatización de la industria manufacturera y no al Tratado de Libre Comercio, como lo ha asegurado Donald Trump.
Así como López Obrador, Anaya prometió que seguiría recorriendo universidades de ese país para defender a los mexicanos. Información Excelsior.com.mx