Por: Gerardo Galarza
Las elecciones del próximo domingo 4 de junio en pos de la gubernatura del Estado de México son muy importantes para esa entidad y, por supuesto, tendrán efectos en la vida política nacional, pero están muy lejos de ser “la madre de todas las batallas electorales” para 2018 o la “primera vuelta” de las próximas elecciones presidenciales de ese año.
Sí serán muy influyentes en las decisiones políticas que asuman los partidos, los gobernantes y los ciudadanos en los próximos meses, pero no definirán un año antes ni al partido ni al candidato ganadores de la Presidencia de la República.
Su resultado, como los de los comicios para las gubernaturas de Nayarit, Coahuila y para alcaldías en Veracruz, de los que muy pocos se acuerdan, ratificarán o cambiarán notablemente las circunstancias políticas que viven el país, los partidos, los precandidatos presidenciales y, aunque no se crea, los ciudadanos.
De antemano sepa que en esta columna no encontrará un pronóstico sobre el ganador del día 4, tampoco un análisis sesudo, sino un simple listado de algunas circunstancias y efectos que podrían generarse con ellos:
—El resultado electoral del Edomex no ha determinado al ganador de la Presidencia de la República. Las dos veces que el PRI la perdió sus candidatos al gobierno local (Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila) ganaron.
—Es evidente que la victoria y las derrotas beneficiarán o perjudicarán a partidos, candidatos y ciudadanos. En los partidos se fortalecerán o debilitarán, según sea el caso, dirigencias y presuntos candidatos.
—Si el triunfo es para la candidata de Morena, es evidente que ese partido habrá logrado el mayor triunfo en su historia y lo colocará en una mejor posición de la que ya tiene en la sucesión presidencial.
—Si el triunfador es el candidato del PRI, la correlación de fuerzas internas en ese partido cambiarán; el Presidente de la República saldrá fortalecido y recuperará buena parte de su poder en la designación de su candidato presidencial.
—Si los comicios provocan un conflicto poselectoral que tuviera como protagonista a Morena también habrá efectos futuros, para bien y para mal: ciudadanos participando en las protestas y otros repudiándolas. En ambos casos habrá repercusiones en 2018.
—Si el resultado final tuviera que ser definido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por ejemplo en favor del PRI, por más pruebas reales que hubiera, convertirá a esa institución en nuevo integrante de la mafia del poder.
—Una evidencia real es el surgimiento de una nueva figura política en el PRD: Juan Zepeda, exalcalde de Neza, quien es lo más rescatable de este proceso electoral. Tres meses de campaña le sirvieron para revivir a su partido y a él para convertirse en protagonista político, no sólo en su entidad, sino en el país. Es evidente que no ganará, pero ¿cuál será su futuro? ¿Candidato a diputado federal, senador o, por qué no, a la Presidencia de la República o dirigente nacional del PRD?
—Es evidente que el Partido del Trabajo (que había perdido originalmente su registro en 2012 y fue revivido mediante diversas anulaciones y repeticiones de elecciones) ya encargó su sobrevivencia en 2018 a Andrés Manuel López Obrador.
—Es evidente que el PAN no ganará las elecciones mexiquenses. A simple vista parece el partido más perjudicado. Sin embargo, ¿si gana las elecciones en Coahuila donde su candidato aventaja y en Nayarit, en alianza con el PRD, donde también llevan ventaja? Serían triunfos muy importantes en el reacomodo político interno y externo de ese partido.
—Es evidente que esas victorias panistas en Coahuila y Nayarit colocarían a Ricardo Anaya, presidente del CEN del PAN y aspirante a la candidatura presidencial, como un dirigente nacional panista muy exitoso. Hay que recordar que el año pasado, bajo su dirección, el PAN ganó las gubernaturas de Aguascalientes, Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Quintana Roo, Durango y retuvo la de Puebla. Además tiene las de Baja California, Baja California Sur y Querétaro. Sin duda, tomará una ventaja casi insuperable en la carrera interna por la candidatura y colocará a su partido de nuevo en la lucha presidencial.
—¿Y si el PAN retiene el control de Veracruz? Pues, seguramente Miguel Ángel Yunes adquirirá nuevo protagonismo interno y externo.
Esos son algunos de los efectos que podrán tener los resultados de la elecciones del próximo domingo.
Lo bueno es que en 2017 y en 2018 todo está en manos de los ciudadanos, quienes, por cierto, ¿saldrán a votar? El abstencionismo será otra variante… Infórmese, piense y evite que le cuenten. Información Excelsior.com.mx