En México continúa la brecha entre hombres y mujeres para desempeñar un cargo en la administración pública. A nivel municipal apenas el 21 por ciento de los puestos públicos son ocupados por mujeres.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México trabajan cinco mujeres por cada diez hombres en las administraciones públicas municipales, por lo que es en los ayuntamientos donde persiste la brecha laboral.
En 2010 la brecha de género en las administraciones públicas municipales era mayor, pues por cada 43 mujeres en el servicio público había 100 varones y esta brecha se redujo el año pasado al contabilizar 54 mujeres por cada cien hombres, pero ha crecido el número de mujeres que desempeñan labores administrativas y los directivos no han aumentado de forma considerable.
Tras el proceso electoral de 2018—en el que el Instituto Nacional Electoral (INE) obligó a la paridad de género—se redujo la brecha entre hombres y mujeres que desempeñan cargos de regidores y síndicos en un 3.5 por ciento, por lo que el 55.6 por ciento de los asambleístas municipales fueron varones y el 46.7 por ciento correspondieron a mujeres.
Hasta el año pasado sólo el 21.2 por ciento de las 2 mil 446 presidencias municipales fueron ocupadas por mujeres, por lo que pese al principio de paridad de género que estableció el INE y obligó a los partidos políticos a conformar la misma cantidad de mujeres y hombres en las planillas, la mayoría fueron ganadas por hombres.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) advirtió en su estudio “Participación, representación y decisión de las mujeres en la política” que la brecha de desigualdad de género entre las mujeres y hombres en los países de América Latina y el Caribe es amplía y aunque México ha sido una de las naciones que más ha aumentado en este sector, pero que aún es insuficiente para alcanzar la paridad.
El organismo internacional indicó que esta situación se incrementa en los gobiernos subnacionales, es decir, las administraciones estatales y municipales, y refirió que no se han cumplido las perspectivas de equidad de género en los parlamentos locales para el cumplimiento de esas disposiciones.
Al respecto, la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Adela Espinoza Salvador, dijo en entrevista que la administración pública históricamente había representado un único espacio de control para los hombres, por lo que la misoginia y los micromachismos han impedido la apertura total de las mujeres, pese a que, dijo, en muchos casos están más preparadas que los hombres para desempeñar una función pública.
La académica enfatizó que dadas las reformas que se han implementado para impulsar la paridad de género se ha presionado a la Federación para cumplir con estas propuestas, pero en los estados y municipios estas condiciones siguen ausentes y las mujeres que deciden buscar un cargo regularmente son hostigadas y menospreciadas, por lo que aumenta esta condición en los municipios más rurales del país.
Mientras que en las administraciones municipales continúa la brecha de género entre hombres y mujeres, en la administración pública federal la desigualdad es ligeramente menor, pues el 35 por ciento de los puestos son ocupados por mujeres, mientras que el 65 por ciento son ejercidos por hombres, de acuerdo con datos publicados por la Secretaría de la Función Pública (SFP). Información Radio Fórmula