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Sones macabros en Tecalitlán

Por Pascal Beltrán del Rio

De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNDEP), diez personas no han sido localizadas después de que se les vio por última vez en el municipio de Tecalitlán, Jalisco.

A esta decena de desapariciones, que ocurrieron entre 2007 y 2014, ahora hay que agregar las de los ciudadanos italianos Raffaele y Antonio Russo y Vincenzo Cimmino, de quienes no se sabe nada desde el pasado 31 de enero.

De acuerdo con su familia, localizada en Nápoles por la corresponsal de Imagen, Marinellys Tremamunno, los Russo, padre e hijo, y Cimmino, sobrino del primero y primo del segundo, estaban en Jalisco para vender generadores de energía eléctrica de origen chino.

El primero en desaparecer fue Raffaele, a quienes los primos Antonio y Vincenzo fueron a buscar en Tecalitlán luego de que supieron, por una señal de GPS, que el auto rentado en que se movía Raffaele había estado en ese municipio colindante con Michoacán.

Antonio y Vincenzo estaban en contacto telefónico con Francesco y Daniele Russo, hermanos del primero, dándoles cuenta de la búsqueda.

Ambos iban a bordo de una camioneta Honda de color blanco. Poco después de detenerse a cargar combustible en una gasolinería, fueron flanqueados por motociclistas y patrulleros, a quienes los hoy desaparecidos identificaron como integrantes de la policía municipal de Tecalitlán, en un mensaje de audio de WhatsApp enviado a Francesco y Daniele.

El mensaje, en italiano, dice lo siguiente: “Estábamos poniendo gasolina y algunos policías nos detuvieron. Dos motos y una patrulla. Nos detuvieron y nos dijeron: síganos”.

Luego de recibir el mensaje, trataron de comunicarse al celular de Antonio, pero estaba apagado. Enterados de la posibilidad de que Antonio y Vincenzo pudieron haber sido detenidos por agentes municipales, se comunicaron a la comandancia de la policía de Tecalitlán, donde la primera persona que les contestó dijo que había escuchado por radio que el par de italianos era conducido a ese lugar, cosa que más tarde sería negada por la corporación.

La denuncia por desaparición fue presentada al día siguiente por Francesco y Daniele Russo, quienes regresaron a Italia. Desde Nápoles han comentado que Antonio y Vincenzo apenas tenían cinco días en México y habían llegado para apoyar el trabajo como comerciantes que Raffaele y ellos realizaban.

Ayer pude entrevistar en Imagen Radio a Gaetano Cimmino, hermano de Vincenzo, quien vía telefónica pidió la ayuda de las autoridades mexicanas e italianas para localizar a sus familiares.

Aunque la zona en la que desaparecieron los tres italianos hay una presencia importante del crimen organizado –apenas la semana pasada elementos del Ejército descubrieron en la zona serrana del municipio un laboratorio clandestino para la elaboración de drogas sintéticas–, Cimmino cree que sus familiares pudieron haber hecho enojar a un cliente.

“Tal vez alguien quedó inconforme con la máquina que le vendieron”, me dijo. “Si eso fue lo que pasó, pagamos la multa o una compensación, pero les pido por Dios que los dejen en libertad”.

Entre los 33 mil 515 desaparecidos que figuran en los datos del RNDEP hasta 2017, 197 son extranjeros. Las mismas cifras indican que en Jalisco hay un total de dos mil 971 personas no localizadas.

A raíz del descubrimiento del narcolaboratorio en la zona conocida como El Jaral, autoridades federales afirmaron que en Tecalitlán –el lugar que dio a México y al mundo el famoso Mariachi Vargas– es zona de operación del Cártel Jalisco Nueva Generación, que se ha convertido en la principal organización delictiva del país.

En años recientes, excursionistas y otros visitantes extranjeros han sido víctimas de delito en territorio mexicano.

Entre ellos, dos surfistas australianos, asesinados en 2015 en Sinaloa cuando se dirigían a Jalisco. En 2014 fue localizado en Guerrero el cuerpo del corredor bursátil francoestadunidense Harry Devert, seis meses después de que se había denunciado su desaparición en Michoacán cuando se dirigía en moto a Brasil.

Además de que cualquier desaparición y todo crimen debe ser investigado al margen de la nacionalidad de la víctima, este tipo de casos deja la imagen de México muy mal parada en el mundo en momentos en que la industria turística representa un ingreso importante para el país.

Asimismo, la desaparición de los tres italianos, presuntamente a manos de policías municipales, es un recordatorio más de que lo mucho que falta por hacer para tener cuerpos de seguridad confiables. Información Excelsior.com.mx

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