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¿Stalinización de medios públicos?…

Por Ángel Verdugo

Al igual que en muchas otras áreas del gobierno, la incapacidad y/u obvia inexperiencia de no pocos de quienes ocupan ahora posiciones de responsabilidad, más la ideologización extrema de muchos de ellos provoca que, con más frecuencia de lo que se quisiera, espacios, recursos y/o acciones se orienten más a “imponer” la particular manera de ver o entender la realidad política de sus directivos de turno, que al cumplimiento de las tareas que les son propias o, peor, a la solución de problemas sociales específicos.

Ejemplo de ello es lo que ocurre en los medios de comunicación públicos —con un par de excepciones—, donde, más que ocuparse en el mantenimiento de una barra programática atractiva y profesional, sus directivos parecen empeñados en construir canales de corte oficialista —stalinista, diría alguno— sin importarles el estricto apego y libertad editorial, programática o de gestión que, por disposición legislativa en la mayoría de los casos, corresponde a cada grupo radiofónico o canal televisivo estatal.

Ahí está el caso de Capital 21, que, desde el arranque de la actual administración y de manera mucho más evidente desde que Diego Saturno asumió como titular del mismo, no sólo ha realizado un sinnúmero de despidos injustificados de productores y técnicos, de vasta experiencia algunos, y se niega a revisar la situación laboral del personal restante —parte del contratado por outsourcing—, sino que mantiene en el Canal de la Ciudad de México, sí, con equipo técnico adquirido recientemente, pero con una programación pobre y de escasa calidad que, huelga decir, redunda en su prácticamente inexistente rating o audiencias.

Tal es la situación, que fuentes consultadas al interior del propio canal y del gobierno de Claudia Sheinbaum refieren, no sin extrañeza, cómo de la noche a la mañana se realizan cambios y/o ajustes a la programación sin más propósito que atender reclamos que, presumiblemente, provienen “del jefe” Alfonso Suárez del Real, el secretario de Cultura capitalino, o del mismísimo responsable del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Genardo Villamil, a quienes se atribuye que, sin previo aviso ni justificación, se haya modificado el horario del informativo matutino del canal para dar paso a la transmisión diaria y en directo de las ya tradicionales mañaneras en Palacio Nacional.

No pocos de aquellos, incluso los más rigoristas, se preguntan si se conoce el artículo 1 de la Ley del Sistema Público de Radiodifusión de la capital que, a la letra, plantea que “sus contenidos deberán garantizar y promover todos los derechos de las personas mediante (la) difusión de información objetiva, oportuna, imparcial y plural de los acontecimientos que se susciten a nivel local, nacional e internacional…”, o si, sabiendo de ello, simplemente se ignora…

ASTERISCOS

* Créalo usted si así le parece o sólo ignórelo, pero lo cierto es que en las últimas horas se acrecentaron versiones según las cuales el intempestivo viaje del dictador Evo Morales a Cuba obedeció más a la sugerencia de un gobierno urgido a “hacer un guiño” a Donald Trump, tras de que éste pospuso tipificar al narcotráfico como terrorismo, que a problemas de salud del dictador…

Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx

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