Por Enrique Aranda
Irresponsable, hoy al menos, ¡no quedarse en casa!
Si bien para no pocos al más alto nivel de la administración federal el asunto es poco menos que intrascendente, lo cierto es que el arranque del proceso de “desconfinamiento” en las actuales condiciones en que se está dando constituye, en los hechos, la prueba de la fractura —para no hablar ahora de ruptura— entre Andrés Manuel López Obrador y afines, y la mitad de los gobernadores del país.
El hecho de que 15 (de 31) mandatarios marcaran, hasta ayer, (su sana) distancia respecto de los términos y condiciones en que la “inexistente” Secretaría de Gobernación de la fifí Olga Sánchez Cordero, y comparsas de Salud que lidera ahora Hugo López-Gatell, definió debía darse el retorno a la “nueva normalidad” es, salvo mejor explicación, evidencia clara del poco aprecio y respeto de autoridades locales —estatales y municipales— hacia el gobierno de la 4T o, peor, de la absoluta incapacidad de las partes para coordinar el actuar de unos y otros, en beneficio de la sociedad.
A la vista lo ocurrido en las últimas horas, lo que en principio pudiera explicarse, y celebrarse incluso, como resultado de la autonomía de acción de los Estados frente a la Federación, no lo parece tanto cuando consideramos que si estados como Nuevo León, Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua, Colima, Durango u otros tantos —con poco más de 50 millones de habitantes o más, en conjunto— optaron por definir sus propios “semáforos” de apertura, no lo hicieron sólo como un acto de resistencia ante el gobierno de la 4T, sino, esencialmente, porque consideran que los funcionarios de éste poco o nada entienden, y menos les interesan, condiciones particulares existentes en sus territorios.
Ayer apenas, por ejemplo, la priista gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, cuya prudencia en el manejo del asunto, hay que decirlo, ha sido reconocida por propios y extraños, emitió un nuevo ordenamiento según el cual “la reactivación será con protocolos sanitarios extraordinarios” porque, dijo, el riego de contagio por covid-19 y su capacidad de generar fallecimientos y dolor sigue siendo extremadamente alto en la entidad. Antes, muchos más hicieron lo propio.
Al margen acciones concretas emprendidas aquí o allá, lo realmente relevante, pues, es la innegable urgencia existente de que la autoridad central, y de los estados también, ciertamente, pero sobre todo el gobierno federal, muestre apertura para trabajar en forma coordinada con las autoridades locales, respetando diferencias, producto de filiaciones político-partidista y, más importante, la soberanía y autonomía de unos y otros…
ASTERISCOS
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* A decir de Elías Micha, de TallentíaMX, la “tercerización” podría permitir crear algo así como un millón de empleos formales con seguridad social en sectores tales como el automotriz, de la construcción, aeroespacial, minería, comercio, electrónica y más. Ojalá así ocurra…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx