La suspicacia de un taxista meridano, sumada a el deseo de ayudar y su gusto por estar informado día a día, permitió que se esclareciera el asesinato de una mujer de Nuevo León radicada en Mérida.
También sirvió de mucho una mochila olvidada en el taxi de quien hasta el momento se mantiene como un “héroe anónimo”.
Este chofer meridano contribuyó “al cien” para que la policía supiera que el asesino era Edwin Armando Burgos Dzib, un ladrón recién salido del penal, mismo que ahora es procesado por este crimen.
Y es que el taxista en cuestión fue quien llevó a Edwin Armando al fraccionamiento Santa Rita, en Cholul, donde a la postre asesinó a la señora Ermila Vera Arangua, de 70 años
Según el expediente del caso, el 17 de noviembre, el taxista llevó al sujeto al sitio, dejándolo cerca de la casa de la ahora occisa, en la calle 9 entre la 10 y 12 del fraccionamiento Santa Rita en Cholul.
Lo había recogido a las puertas del Centro de Justicia Oral de Mérida, a donde el sujeto había acudido para ser notificado que seguiría en libertad condicional por un robo cometido con anterioridad.
El chofer lo dejó en el sitio sin sospechar de las malas intenciones del sujeto, con quien platicó de diversos temas durante el trayecto.
Sin embargo, como le gusta estar informado de lo que sucede en el ámbito local, el taxista revisó las noticias desde su celular al día siguiente, enterándose así de la muerte de una mujer de avanzada edad, en la dirección donde había dejado a dicho sujeto.
Recordó de inmediato que el pasajero había dejado una mochila olvidada dentro del vehículo, por lo que sin pensarlo acudió a la Fiscalía General del Estado para entregar el bulto y explicar lo que sabía y sus sospechas de que la persona a la que había llevado al sitio pudiera ser el asesino de la mujer.
El personal de la Fiscalía revisó la mochila y encontró unos papeles en los que se indicaba que Burgos Dzib acababa de recibir los beneficios del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Lo demás fue más fácil para la Policía, toda vez que con su acción el taxista ya les había puesto al principal sospechoso, de manera que trabajaron para investigarlo, reunir pruebas, ubicarlo y detenerlo.
Como informamos Burgos Dzib la mató para llevarse objetos y dinero, que en conjunto ascendieron a los 8,528 pesos.
El presunto homicida sabía que la mujer tenía dinero porque presuntamente daba dinero al interés, ya que así se lo había hecho saber un familiar del individuo que vive a media cuadra del lugar del crimen y que prestaba sus servicios de jardinería en la casa de la infortunada septuagenaria. Información Formal Prisión