Tiempos feroces, el más reciente libro de Leonardo Padrón, ve la luz en Madrid de la mano de Kalathos Editorial. La obra, que agrupa textos escritos entre 2015 y 2018, constituye una crónica de cuanto ha sucedido en Venezuela durante ese período.
Padrón, una de las figuras más queridas entre los venezolanos, se convierte, por una parte, en el portavoz del ciudadano de a pie y, por otra, en la conciencia del régimen. Animado por “la necesidad de entender y el compromiso de proponer”, el escritor reflexiona en torno a lo que va ocurriendo en la nación suramericana.
Más allá de la consternación que puede percibirse por el creciente deterioro moral y material del país, por el resquebrajamiento del derecho y las instituciones (hablará en algún punto de El país democrático hundido en el detritus de nuestro propio fracaso como nación), Tiempos feroces procura dejar constancia de los desmanes cometidos contra sus connacionales:
— Me reuní con gente que sufrió cárcel, que vivió humillaciones impensables, que de un día a otro perdió su libertad. Gente a la que le violaron los derechos humanos con saña y alevosía. Los entrevistaba. Les pedía que me relataran su historia, para luego yo vaciarla en un texto con la pretensión de que sonara más allá, de que la vileza no adquiriera tanta impunidad.
¿Más allá de dónde? Él mismo nos ofrece la respuesta en la página 163 del libro: “Por encima del muro. Un muro que es cada vez más alto y nos separa del resto del planeta (…) El muro que erige el régimen para impedir que se reporten las verdades que el mundo debe saber”.