Debido a su composición química, el vino tiene efectos similares en la salud a los que se obtienen por hacer ejercicio.
Según estudios de dos universidades –de Alberta, Canadá, y de Tufts, en Boston– tomar vino ayuda a bajar los niveles de colesterol dañino.
La clave está en el resveratrol, una sustancia abundante en el vino. Su efecto en el cuerpo humano consiste en bajar los niveles de colesterol dañino (LDL) y aumentar los de colesterol bueno (HDL), lo que previene cardiopatías, además de mejorar las funciones musculares y óseas.
El cambio en las proporciones del colesterol dentro del organismo mejora la función cardiaca, lo que repercute en una mejora del rendimiento físico.
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Alberta, el resveratrol se encuentra en la cáscara de las uvas con las que se hace el vino, así como los arándanos, la grosella roja y las fresas.
Hacer ejercicio nos permite crear enzimas que actúan como antioxidantes, los cuales nos protegen contra radicales libres que afectan nuestro organismo. Asimismo, el resveratrol en el vino es un antioxidante con el mismo efecto.
Beneficios del vino en la mujer
Según un estudio realizado en 2 mil 400 personas en la Universidad de Tufts, es menos probable que las mujeres que beben vino sufran pérdidas de masa ósea, tal como pasa en las mujeres que hacen ejercicio.
Vía Excelsior