El alza histórica en el precio del kilo de tortillas, que actualmente se vende en alrededor de 20 pesos, facilitó la expansión del comercio informal de tortillerías que se volvieron clandestinas y que hasta hacen tortillas “pirata”.
El precio del kilo de tortillas alcanzó su máximo histórico hace apenas unas semanas, situación que además de afectar al bolsillo de las y los mexicanos, permitió el auge de tortillerías informales que fabrican tortillas “pirata”, las cuales no sólo impactan en las ventas de negocios formales, sino que también podrían representar un riesgo para la salud.
Durante la última semana de marzo de 2022, un kilogramo de tortillas se vendía en 20 pesos promedio a nivel nacional, un incremento de 24.7 por ciento en comparación con los 16.05 pesos que costaba en el mismo mes de 2021 y que fue provocado por diversos factores como el aumento en el precio del maíz, así como por la especulación ante el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Ante esta alza, las llamadas tortillas “pirata” se convirtieron en una opción más accesible para las familias mexicanas, pues su costo es mucho menor al de las tortillerías tradicionales, al venderse hasta en 14 pesos por kilo, además de que pueden comprarse en prácticamente cualquier negocio, desde una tiendita hasta una farmacia.
Líderes de organizaciones de la industria de la tortilla y el maíz explicaron a Grupo Fórmula cuáles son los riesgos que implica el auge del mercado informal de tortillerías clandestinas, tanto para la industria formal como para la salud de las y los mexicanos.
Al respecto, Blanca Mejía, presidenta de la Red de Maíz, sociedad cooperativa que integra la campaña nacional Sin Maíz no hay País y la Alianza por Nuestra Tortilla, recalcó que el menor precio se debe a que los productores, que en la mayoría de los casos son negocios informales, abaratan las tortillas para poder venderlas.
“Esta tortilla para que se pueda vender, porque a la gente no le gusta la tortilla fría, es abaratarla y darle un precio aparte al tendero para que el precio sea competitivo; entonces tenemos esta cadena que le llamamos de informalidad”, explicó.
Advirtió que, si bien el precio de las tortillas “pirata” que se venden en tiendas y otros negocios es mucho menor al de una tortillería tradicional, no cuentan con la misma calidad pues son fabricadas en establecimientos que no garantizan que se cumplan la normatividad sanitaria.
También acusó que hasta el momento las autoridades responsables, como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), no han tomado cartas en el asunto respecto al mercado informal de tortillas.
Blanca Mejía señaló que actualmente se está dando un fenómeno en la industria en el que algunos tortilleros deciden pasar del comercio formal a la informalidad para abaratar sus costos de producción y afrontar la caída en las ventas.
Por lo anterior, los negocios se dan de baja del Registro Federal de Contribuyentes (RFC), dejan de pagar Seguro Social a sus empleados e incluso recurren a otras prácticas como el uso de aditivos para que la masa rinda más, lo que afecta la calidad de las tortillas.
“Los clientes están comprando tortilla ‘pirata’; es esta tortilla que no se sabe en dónde se produce, por negocios que para abaratar costos ya no pagan seguridad social, no cuentan con capacitación en la normatividad de salud, no pagan buen sueldo a sus trabajadores y de hecho ya son comisionistas”, alertó en entrevista para Grupo Fórmula.
Por otra parte, Rubén Montalvo Morales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas, destacó que el mercado de tortillerías clandestinas y tortillas “pirata” es un fenómeno actual ante el que “la gente debería tener mucho cuidado porque puede generar enfermedades”.
Advirtió que en todo el país operan negocios que fabrican tortillas en condiciones insalubres y que operan fuera de la ley.
“Hay muchos lugares clandestinos dónde se fabrica tortilla en condiciones lamentables de higiene y todo lo demás, con industriales que no pagan impuestos, Seguro Social, no pagan absolutamente nada de sus obligaciones”, acusó.
El ingeniero Montalvo explicó en entrevista para Grupo Fórmula que dentro del mercado de tortillerías “clandestinas” existen dos variantes: la industria ilegal y la industria informal.
La industria informal son los tortilleros que evaden sus obligaciones al no pagar impuestos ni los permisos necesarios para operar.
La industria ilegal son las tortillerías que operan con insumos de procedencia ilícita, como gas robado, maíz robado o harina robada.
Blanca Mejía, presidenta de la Red de Maíz, recalcó que para reducir sus costos, los dueños de tortillerías convirtieron a sus empleados en “comisionistas” que van por los negocios ofreciendo tortillas de dudosa procedencia.
Ambos industriales consultados por Grupo Fórmula consideraron que en la actualidad se pueden comprar tortillas “pirata” en prácticamente cualquier negocio:
Tiendas
Recauderías
Verdulerías
Pollerías
Farmacias
“Eso es muy común actualmente, en cualquier tienda puedes encontrar tortillas y encuentras hasta en la farmacia (…) el problema es que muchas veces no sabemos de dónde viene esa tortilla”, puntualizó el ingeniero Rubén Montalvo.
Tortillas “pirata” pasan desapercibidas ante Profeco
Grupo Fórmula solicitó a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) información acerca de si había realizado alguna inspección de calidad a las tortillas que se venden en tienditas y otros negocios, a lo que la dependencia negó contar con datos o denuncias al respecto.
Algunas de las denuncias de los empresarios tortilleros es que tortillas “pirata” se venden en prácticamente cualquier negocio sin que se de información acerca de dónde provienen, además de que las tortillerías informales operan sin normas de calidad o seguridad.
La Profeco tiene como misión institucional “empoderar al consumidor mediante la protección efectiva del ejercicio de sus derechos”, por lo que es responsable de vigilar el cumplimiento de los mismos.
En particular existen dos derechos que justificarían que la Profeco realizara un estudio de calidad a las tortillas “pirata” que se venden en las tiendas:
Derecho a la información. Toda la información de los bienes y servicios que te ofrezcan debe ser oportuna, completa, clara y veraz; es decir, que debe garantizar que todos los productos que estén a disposición del consumidor, en este caso las tortillas “pirata”, proporcionen información respecto a su lugar de procedencia, es decir las tortillerías.
Derecho a la seguridad y calidad. Los bienes y servicios deben de cumplir con las normas y disposiciones en materia de seguridad y calidad; es decir que la Profeco debería verificar que las tortillas que se venden en las tiendas cumplan con las normas de calidad y seguridad en su elaboración.
Es así como el aumento en el precio del kilo de tortillas ha abierto la puerta a la expansión de las tortillerías clandestinas y las tortillas “pirata”. Información Radio Fórmula