WASHINGTON.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso fin ayer al plan conocido como DACA, promulgado por su predecesor, Barack Obama y que ha protegido de la deportación a casi 800 mil migrantes ilegales, aunque la suspensión se hará efectiva dentro de seis meses para forzar al Congreso a encontrar una alternativa.
El anuncio, tras semanas de deliberaciones, supone un fuerte golpe para la comunidad inmigrante de Estados Unidos, especialmente porque fue retratado por la Casa Blanca como una decisión que prioriza los empleos y la seguridad de los “trabajadores ciudadanos estadunidenses”.
Antes de preguntarnos qué es justo para los inmigrantes ilegales, debemos de preguntarnos qué es justo para las familias estadunidenses, para los estudiantes, para los contribuyentes y para los que buscan empleo”, consideró Trump en un comunicado.
En el texto, el Presidente dijo que encarará “con corazón y compasión” la situación de los miles de indocumentados que se beneficiaron del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y pudieron frenar su deportación, obtener un permiso temporal de trabajo y, en algunos estados, una licencia de conducir.
Aunque dijo sentir “un gran amor por ellos”, “al mismo tiempo nos aseguramos de que cualquier reforma migratoria que adoptamos ofrece beneficios duraderos para todos los ciudadanos estadunidenses”,
destacó.
Debemos tener corazón y compasión para los estadunidenses desempleados, que luchan y han sido olvidados”, añadió.
SEIS MESES
DE TREGUA
La decisión de Trump entrará en vigor hasta el 5 de marzo de 2018, dentro de seis meses, periodo en el que el Congreso, el único con poder para cambiar el sistema migratorio, debe encontrar una solución para regularizar la situación de los jóvenes indocumentados, conocidos como dreamers.
Actualmente, el Congreso está debatiendo diferentes propuestas migratorias, entre las que destaca un proyecto legislativo que ha conseguido el respaldo de Trump y que propone reducir a la mitad el número de inmigrantes que consiguen la residencia permanente.
Hasta que se apruebe una ley, quienes están inscritos en el programa DACA podrán usar sus permisos de trabajo hasta que expiren, pero si esos permisos acaban antes del 5 de marzo, entonces deben renovarlos antes del 5 de octubre, informó el Departamento de Seguridad Nacional.
Las peticiones para renovar la inscripción a DACA que hayan sido recibidas antes de hoy serán evaluadas de manera individual y podrían concederse extensiones, precisaron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, que pidieron el anonimato.
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Los agentes fronterizos seguirán dando prioridad a la deportación de aquellos inmigrantes con antecedentes penales, por los que los soñadores tendrán en los próximos meses el mismo trato que habían recibido hasta ahora por las autoridades migratorias, según dijo el propio Trump.
Por otra parte, el anuncio del Presidente también provocó ayer la renuncia del líder de la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos, Javier Palomarez, un texano nacido de padres mexicanos. (Con información de Manuel Ocaño / Especial)
¿POR QUÉ DREAMER?
En septiembre de 2006, dos legisladores pusieron a consideración del Senado la propuesta de Ley DREAM, acrónimo en inglés de Development, Relief and Education for Alien Minors Act o Ley de fomento para el progreso, alivio y educación para menores extranjeros.
El propósito original de la legislación era imponer límites a los estados para que las universidades no cobraran más colegiatura a los jóvenes extranjeros que a los estadunidenses.
También les ofrecía un permiso de residencia temporal mientras estudiaban y hasta la residencia permanente al graduarse.
ALTERNATIVA DE OBAMA
4. El 15 de julio de 2012, ante la falta de acuerdos en el Congreso para aprobar la Ley DREAM o una reforma migratoria, el presidente Barack Obama creó mediante un decreto el DACA, siglas de Deferred Action for Childhood Arrivals o Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
5. Es por ello que los migrantes llevados de niños a EU comenzaron a ser nombrados dreamers o soñadores; también es una alusión al “sueño americano”.
6. Para acogerse al DACA había que cumplir varias condiciones: haber llegado a EU con menos de 16 años; tener 15 años como mínimo y 31 como máximo al 15 de junio de 2012; haber vivido en EU de manera ininterrumpida desde 2007; tener estudios secundarios o haber servido en filas militares; y carecer de antecedentes penales.
7. El mayor temor de los dreamers es que, para acceder al DACA, debieron entregar al Estado todos sus datos personales, por lo que, al vencer su permiso de residencia, las autoridades migratorias podrían localizarlos y deportarlos fácilmente.
Tienen 6 meses
Quienes no se inscribieron al DACA hasta ayer ya no podrán hacerlo.
Para quienes el permiso de dos años expira entre ayer y el 5 de marzo de 2018, el gobierno les permite renovar el permiso de residencia por dos años más, a condición de que soliciten la extensión antes del 5 de octubre.
Si el Congreso no alcanza un acuerdo en seis meses, los casi 800 mil jóvenes podrán ser deportados.
Si se suspende completamente el programa –lo que ocurriría en 2020– , cada mes quedarán indocumentados unos 30 mil jóvenes soñadores, según cálculos de Facebook.
LÍDER REPUBLICANO PROMUEVE REFORMA MIGRATORIA
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, anunció ayer que buscará consenso con el presidente Donald Trump y los líderes del Senado para aprobar una ley que permita ayudar a algunos inmigrantes indocumentados.
Ryan, el republicano con mayor rango en el Congreso, pidió la semana pasada a Trump que mantuviera el DACA. Pero ayer dijo en un comunicado que “por muy bien intencionado que fuera, el programa DACA del presidente Obama era un claro abuso de la autoridad ejecutiva, un intento de crear la ley de la nada”, y agregó que “el Congreso escribe las leyes, no el Presidente”.
Ryan no dio detalles sobre la forma que adoptaría una nueva ley migratoria.
En 2013, el Senado aprobó una propuesta de ley bipartidista para una reforma migratoria, pero los republicanos bloquearon un acuerdo en la Cámara de Representantes, por lo que nunca se aprobó.
Adicionalmente, varios legisladores de origen latino pidieron a sus colegas trabajar con urgencia para aprobar una ley que proteja a los casi 800 mil dreamers afectados.
La senadora por Nevada, la demócrata Catherine Cortez Masto, aseguró en un comunicado que la “lucha no se ha acabado” y urgió a los republicanos en el Senado a que “consideren y
aprueben el Dream Act”.
El senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez, calificó de “emergencia nacional” la aprobación de esa ley en el Congreso.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que su partido hará “todo lo posible” para evitar que la “cruel” medida anunciada hoy entre en vigor y podrá contar con la colaboración del senador John McCain, uno de los republicanos más críticos con las decisiones de Trump.
McCain opinó que la eliminación de DACA supone un error ahora que los congresistas de ambos partidos necesitan ponerse de acuerdo sobre el “roto sistema migratorio y asegurar la frontera”.
– EFE y AFP
Fin del DACA puede ser devastador: soñadores
Itzel Guillén llegó de la Ciudad de México cuando tenía 5 años en compañía de su padre. Cuando se inscribió en el programa DACA en San Diego quiso ayudar a otros jóvenes a llenar solicitudes y pronto fue nombrada directora del programa de Acción Diferida en Alianza San Diego, la ONG que ha apoyado a la mayoría de los 40 mil dreamers en el condado.
Ayer, tras el anuncio del fin del DACA, Itzel dijo a Excélsior que “esta administración es cruel y carente de corazón”.
Ella misma es ejemplo de los cambios que consiguieron los jóvenes indocumentados gracias al decreto de Obama.
“Por primera vez dejé de sentir miedo, pude conseguir un trabajo, tener una licencia de conducir para seguir estudiando, hace poco compré un auto y me mudé a vivir yo sola”, explicó. Pero ahora “esto puede ser devastador no sólo para mi vida, sino la de todos los dreamers”, reflexionó.
Ese sentir fue compartido por la dreamer y abogada de migración Dulce García, originaria de Jalisco, quien expresó su indignación cuando escuchó al fiscal general, Jeff Sessions, decir que los soñadores se aprovechan de las prestaciones de los estadunidenses.
Dulce contó a Excélsior que estudió la carrera de leyes en dos universidades, la de California en San Diego y la de Ohio: “Y no recibí un solo dólar de ayuda del gobierno federal”.
Por ello, García declaró sentirse “indignada por esta administración, que se escondió detrás del Congreso para atacar cobardemente a los jóvenes”.
Por su parte, el dreamer, activista y poeta de Acapulco, Jesús Méndez, llamó a los jóvenes “a no dejarse vencer por el temor, por la incertidumbre, sino a mantener la esperanza y, ahora más que nunca, a cuidarse los unos a los otros”.
Jesús llegó en 1998 y gracias al DACA pudo estudiar la preparatoria, gestionar su número de seguro social, dos empleos y una identificación, además de dirigir a jóvenes del movimiento “sin papeles y sin miedo”.
Ahora, la medida de Trump “definitivamente me va a impactar. No sé si voy a poder seguir trabajando, estudiar, pagar mis gastos o si los dreamers vamos a ser blanco de autoridades o de grupos”. Información Excelsior.com.mx