Por Pascal Beltrán del Rio
Todavía no daban las 7 de la mañana, hora del Centro, de ayer jueves. Mi compañero Rodrigo Pacheco conducía su programa en Imagen Radio y apenas puso un pie fuera de la cabina –donde nos encontramos diario, de lunes a viernes–, me alertó sobre los tres tuits que acababa de subir Donald Trump.
El primer mensaje del Presidente estadunidense apareció a las 6:25 am (7:25 en Washington, DC); el segundo, a las 6:35 y el tercero, a las 6:45.
“Estoy viendo cómo el Partido Demócrata (que quiere fronteras abiertas y las débiles leyes existentes) encabezó un asalto contra nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco por detener el gran flujo de personas, incluyendo a muchos criminales, de entrar en México camino a Estados Unidos…”, decía el primer tuit de Trump.
“Además de detener todos los pagos a esos países, que parecen no tener ningún control sobre su población, debo llamar a México, en los términos más enérgicos, a detener este embate. Y si no puede, ¡llamaré a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a sellar nuestra frontera sur!”, decía el segundo.
“El embate contra nuestro país en nuestra frontera sur, incluyendo elementos criminales y el torrente de drogas, es mucho más importante para mí, como Presidente, que el comercio o el USMCA (el acuerdo comercial renegociado entre los tres países de Norteamérica). Esperemos que México detenga este embate en su frontera norte. Todo es culpa de los demócratas por tener leyes débiles”, decía el tercer tuit del mandatario estadunidense.
A las 6:25 de la mañana, el tipo de cambio del peso frente al dólar marcaba 18.85 en mercados internacionales. Cuatro horas después, estaba en 19.11. Y a las 11 de la mañana, cuando salí del aire en la Primera Emisión de Imagen Radio, había alcanzado los 19.16 pesos por dólar.
Hacía tiempo que un tuit de Donald Trump no tenía ese efecto sobre el tipo de cambio. Quizá desde los días en que el inquilino de la Casa Blanca amenazaba con sacar a su país del TLCAN.
Luego de que se renegoció exitosamente el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, llegamos a creer que estábamos vacunados de las bravuconadas de Trump. Ya se vio que no.
La relación con el vecino del norte es y seguirá siendo complicada. Especialmente si no tenemos una estrategia unificada como país.
El miércoles por la tarde, cuando la caravana de migrantes hondureños que salió el sábado de San Pedro Sula avanzaba por territorio guatemalteco, las secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación emitieron un comunicado conjunto en el que decían que las personas que quisieran ingresar en México tendrían que tener pasaporte y visa. Y si deseaban pedir estatus de refugiado, tendrían que hacer el trámite de forma individual.
Sin embargo, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de gira por Tamaulipas, declaró que su gobierno dará visas y empleo a los migrantes.
“Nosotros, a partir del 1 de diciembre, vamos a dar trabajo a los centroamericanos; es un plan que tenemos, que el que quiera trabajar en México va a tener una visa de trabajo”, dijo López Obrador.
Durante las conversaciones para renegociar el TLCAN, los equipos del presidente Enrique Peña Nieto y del presidente electo López Obrador trabajaron de la mano. A esa cooperación, la mayor que se ha visto en el actual periodo de transición, puede atribuirse que México no haya salido mal parado en la versión actualizada del acuerdo, conocido en inglés como USMCA y en español como T-MEC.
Ayer por la mañana, el próximo canciller, Marcelo Ebrard, dijo que los tuits de Trump no debían preocupar a México porque eran parte de la propaganda hacia la elección intermedia estadunidense del próximo 6 de noviembre.
La forma en que se movió el peso frente al dólar en cosa de cuatro horas dice otra cosa.
La relación entre México y Estados Unidos en la era Trump sigue siendo factor de incertidumbre.
Después de algunos tropiezos, el actual gobierno aprendió a lidiar con Trump. A finales de agosto, en un artículo para el diario Los Angeles Times, el periodista Andrés Martínez escribió que los negociadores mexicanos “se las arreglaron para relacionarse con un presidente errático”.
Trump, apuntó Martínez, era como un hombre con una bomba en las manos, al que había que apaciguar pacientemente con el fin de que entregue el explosivo y no lo haga detonar.
¿Cuál será la estrategia del próximo gobierno? No sé, pero no creo que lo que quiera oír Trump hoy sea que México dará visas a centroamericanos y que él es un simple porrista de su partido.
No habrá otro tema en la visita extraordinaria que realizará hoy a México el secretario de Estado, Mike Pompeo.INformación Excelsior.com.mx