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Donald Trump eligió el lunes como candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos al inexperto político J.D. Vance, un conservador populista que comparte sus posiciones sobre México.
Vance, senador por Ohio de 39 años y veterano de la guerra en Irak, presentó una iniciativa de ley que hubiera autorizado a los estados fronterizos a colocar barreras físicas para impedir el paso de migrantes, algo contra lo que se ha opuesto el presidente Joe Biden. También, al igual que Trump, está a favor de la intervención militar de EE.UU. contra los cárteles de la droga y se alinea con sus políticas de inmigración, incluyendo la terminación del muro fronterizo y el rechazo de la amnistía para los inmigrantes indocumentados.
El que muy probablemente será el próximo vicepresidente de EEUU opina, al igual que Trump, que las fuerzas armadas de su país deben utilizarse para combatir a los cárteles del narcotráfico que están desestabilizando México y contribuyendo a la crisis de fentanilo que ha matado a cientos de miles de estadounidenses. Esta postura enfrenta una fuerte oposición del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien la ve como una violación de la soberanía mexicana. Su sucesora, Claudia Sheinbaum, las ve de la misma manera.
El uso del ejército estadounidense contra los cárteles podría tener varias consecuencias. Surgirían problemas de soberanía, con Sheinbaum oponiéndose firmemente a la intervención extranjera. Designar a los cárteles como organizaciones terroristas complicaría los ya de por sí poco exitosos esfuerzos antinarcóticos existentes que se realizan en ambos lados de la frontera. La intervención militar exacerbaría la inestabilidad en varias zonas de nuestro país y generaría más violencia.
Las consecuencias humanitarias potenciales de los planes de Trump y Vance son significativas. Las operaciones militares en México podrían provocar bajas civiles no intencionadas y aumentar el sufrimiento humano y el sentimiento antiestadounidense que desde hace décadas existe en un gran número de mexicanos. La violencia podría desplazar a las poblaciones locales y crear una crisis de refugiados internos y transfronterizos. Las acciones militares podrían afectar gravemente a las economías locales, exacerbando la pobreza y la inestabilidad en las regiones afectadas.
Trump y Vance enfatizan la necesidad de una fuerte seguridad fronteriza, incluyendo la finalización del muro fronterizo y el rechazo de la amnistía para los inmigrantes indocumentados. Aunque Trump ha sido más cauteloso respecto a un conflicto potencial con nuestro país, Vance ha sido más agresivo en su retórica, reflejando un enfoque más beligerante.
Trump anunció el domingo que, tras el atentado contra su vida, decidió pronunciar un discurso de aceptación de la candidatura menos agresivo que el que originalmente planeaba. Dudo que el hecho de haber estado a unos milímetros de la muerte haya modificado en algo su postura hacia México y los migrantes.
En conclusión, una administración Trump-Vance que enfatice medidas de seguridad agresivas y pretenda realizar o realice intervenciones militares contra los cárteles de la droga en México aumentaría las tensiones y la imprevisibilidad en las relaciones entre ambos países.
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Información Radio Fórmula