Apenas la semana pasada, Enrique de la Madrid, titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), estimó que México podría cerrar 2017 como el séptimo país que más recibe turistas internacionales, lo que implicaría escalar un sitio respecto al octavo lugar que alcanzó el año pasado.
Sin embargo, los hoteleros no comparten ese optimismo para la temporada de invierno, la segunda más importante del año para la llamada “industria sin chimeneas”.
Según estimados de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), en el invierno de 2017 -que va de la segunda quincena de diciembre a la primera semana de enero-, en lugar de crecer, la ocupación de los establecimientos de hospedaje tendrá una caída de 1 a 2 puntos porcentuales, respecto a la misma temporada de 2017, para situarse entre 56.8 y 55.8 por ciento.
Expertos consideraron que las pasadas alertas de viaje emitidas por el gobierno de Estados Unidos a sus ciudadanos que viven o están en tránsito hacia México -a fin de extremar precauciones en destinos como Cancún y Playa del Carmen-, así como los sismos de septiembre y los altos niveles de inflación, debilitaron la demanda de viajeros, lo que evitará que se alcance un récord histórico en ocupación hotelera en Navidad y Año Nuevo.
Para alcanzar un récord histórico en la ocupación hotelera nacional, se necesitaría que los hoteles tuvieran un incremento de 1.6 puntos porcentuales, respecto al año pasado, a un promedio de 59.4 por ciento.
“Las alertas de Estados Unidos para los destinos más grandes en México afectan al mercado internacional que llega, y todavía la economía no se recupera de los sismos, eso es lo que hemos visto hasta ahora”, señaló Rafael García, presidente de la AMHM
Por su parte, Miguel González, catedrático de la UNAM, opinó que hasta antes de septiembre la tendencia del turismo era positiva, pero luego cambió por los efectos coyunturales.
Todavía en verano se reportó la mayor ocupación hotelera para una temporada igual en 13 años, al darse una expansión de 2.9 puntos en comparación con el año pasado. Sin embargo, las alertas de finales de agosto, los huracanes y los sismos de septiembre impactaron al turismo, según González.
“Los altos niveles de inflación afectaron el costo del hospedaje y de la transportación, pero más allá de eso impactaron la economía de todos (los consumidores)”, dijo.
Antes de los sismos la ocupación había crecido 1.6 puntos porcentuales en promedio anual, pero después y hasta la última semana de noviembre hubo una contracción de 2.4 puntos a nivel nacional.
Las alertas también marcaron un parteaguas en la llegada a México de viajeros internacionales no fronterizos. Si bien en los primeros ocho meses del 2017 su afluencia creció 9.6 por ciento, en septiembre desaceleró a 7.7 por ciento anual y en octubre a un avance de 4.8 por ciento, según datos del Banco de México (Banxico).
“Perdieron fuerza los mercados de viajeros. En cuanto al turista nacional, no vimos un esfuerzo para incentivarlo para fin de año luego de los sismos. En octubre sí bajaron las tarifas aéreas y de hospedaje, y ya para noviembre se habían recuperado, y eso no incentiva los viajes”, explicó Armando Bojórquez, presidente de la Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina.
Jorge Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), reveló que el nivel de reservaciones para esta temporada alta es el mismo que hubo hace un año. “Sin lugar a dudas estos temas (sismo, alertas e inflación) nos cortaron el buen ritmo que llevábamos”, agregó.
En invierno de cada año, llegan a los diferentes destinos de México un millón 687 mil visitantes -tanto nacionales como internacionales- y dejan una derrama económica de alrededor de 2 mil 500 millones de pesos, según estimaciones de la Concanaco-Servytur.
Además, la oferta hotelera ha crecido este año 4.6 por ciento anual, lo que también afectó las expectativas de ocupación hotelera.
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TARIFAS AÉREAS REBOTAN PARA ESTA NAVIDAD
Los precios de los boletos de avión repuntaron en noviembre de 2017. De acuerdo con cifras del Inegi, subieron 0.3 por ciento en el onceavo mes de 2017, en contraste con la caída de 5.4 por ciento de octubre.
“Las tarifas de los vuelos son altas, 10 mil pesos un viaje redondo de la Ciudad de México a Cancún, pero también afecta que en el aeropuerto capitalino no haya espacio para agregar más vuelos y que las empresas compitan. Entonces sí vemos una alta demanda de viajeros, pero un nulo crecimiento en la oferta, por lo que suben los precios”, destacó Bojórquez.
Las tarifas de la hotelería también repuntaron 7.2 por ciento anual en noviembre, una alza aún más fuerte que el mismo mes del año pasado.
“Por el lado de los clientes, la debilidad de la demanda no se ve reflejada en menores tarifas porque los empresarios quieren recuperarse de los meses en que cayeron hasta 50 por ciento las reservaciones, como fue septiembre con los sismos y las alertas”, añadió Hernández. Información El Financiero