Más de 40 mil asistentes llenaron parques, museos, galerías y teatros para disfrutar arte a tope
La tercera llamada se dio y miles de ciudadanos tomaron las calles de Mérida para disfrutar la décima edición de La Noche Blanca. En la noche del sábado 8 de diciembre se vivió el arte a tope durante seis horas continuas dejando entre los visitantes el deseo de más actividades artísticas.
De acuerdo a los reportes oficiales, fueron más de 40 mil personas las que participaron en el exitoso programa, que en su décima edición reunió a 900 artistas que desplegaron su arte en 180 eventos en más de 100 sedes, incluyendo parques, museos, galerías y otros centros culturales de la ciudad.
Quienes pasaban por el Parque de Santa Lucía pudieron disfrutar al músico cubano Enrique Núñez, quien retomó 12 sonetos del poemario “Un salitre lejano” del poeta Fernando Espejo Méndez para presentar una velada de poesía y música en el que se escucharon temas como “El azúcar”, “En mangas de camisa” y “Balcón de ruinas”. La noche bohemia también incluyo la propuesta estelar de “Paulina y el Buscapié en Concierto” quienes en su primera visita a Mérida, llenaron de música oaxaqueña el ambiente con sones tradicionales y chilenas. Para cerrar la velada en ese espació llegó la agrupación yucateca “Pargo”.
Como se anticipó, fue una edición especial de La Noche Blanca ya que por primera vez abrieron sus puertas a la velada los Centros Municipal de Danza y Cultural del Sur, el Palacio de la Música, la Universidad Autónoma de Yucatán con gran parte de su alumnado con propuestas de danza y teatro y el Centro Regional del Sureste; fuera del centro en los parques de San Sebastián y Vicente Solís se armó una fiesta de baile.
La actriz Ofelia Medina fue ovacionada en el Centro Cultural Olimpo durante una presentación llena de folclor mexicano en “Nuestra Frida” en la que se escucharon expresiones como “¡Viva la vida! y canciones como “La tequilera”, “La llorona” y “El avioncito” que interpretó acompañada de una guitarra, una armónica y acordeón.
La Plaza Grande tuvo dos momentos especiales: la presentación de la compañía Circo Dragón, que cautivó por la danza área, acrobacias y una historia navideña con música de la época y a la media noche los arreglos musicales del concierto “I & I Sinfónico”, donde prevaleció el reggae wayé. “Llevamos toda una vida dedicada a la música y que mejor que tener al maestro Russell Montañez con la Orquesta de Cámara de Mérida”, agradeció Rasta Luis, vocalista de la banda, para luego ofrecer temas como “¿A qué sabe?”, “México Jahming”, “Freedom Fighters”, “Sofi aprendiendo a nadar” y “A la orilla”, entre otros; concierto con el cual grupo celebró también su vigésimo aniversario.
Las familias abarrotaron teatros como el “Daniel Ayala Pérez” donde la Compañía Seña y Verbo, Teatro de Sordos se ganó, en dos funciones, a la audiencia con la historia “El misterio del circo donde nadie oyó nada” en la que los actores combinaron el lenguaje hablado y el de Señas Mexicano (LSM) en una divertida historia detectivesca. En el Teatro Peón Contreras se repitió la misma escena: largas filas de personas preparadas para ver el espectáculo de “Ïcaro”, monólogo de Daniel Finzi Pasca que ha recorrido el mundo. La obra habla de la esperanza, el amor y la humanidad, de cómo el amor puede curar todo, dejar los monstruos atrás y escapar para volar como Ícaro para tocar el sol, dando una segunda función este domingo con el teatro lleno.
En las 33 galerías participantes fue un constante el entrar y salir a los paseantes en busca de sorpresas de arte, como las que ofreció Bernadini Art Gallery, en el rumbo de Santa Ana, con obras de diferentes técnicas de autores como Rafael Coronel, Manuel Felguérez y Rufino Tamayo, o el Museo de la Ciudad de Mérida, donde se expusieron diez grabados al azúcar de José Luis Cuevas.
Las “Lunas” de arte sorprendieron a quienes caminaba por la calle 60, con emprendimientos de clown y música.
La invitación a sumarse a programas como “Adopte un árbol” tuvieron gran respuesta, en particular de jóvenes que se formaban para llevarse diferentes especies de la flora regional.
La oferta gastronómica fue otra de las invitadas a La Noche Blanca, siendo un éxito la oferta de las cocinas auténticas y la comida urbana de los food tucks.
La cantante Valentina González presentó un “viaje personal de la canción mexicana”, como denominó a su concierto en el Parque de Santa Ana, sede donde la agrupación veracruzana “Los Aguas Aguas” pusieron a bailar a todos con éxitos como “La playa”, “Cumbia reggae” y “Sácala a bailar”, bajando el telón de La Noche Blanca.