Por Enrique Aranda
Más de una ocasión, cuando aún los aspirantes a la Presidencia se encontraban en campaña, dos meses antes del 1 de julio al menos, escuché a altos dirigentes de Morena o, incluso, a no pocos miembros del llamado “círculo íntimo” de Andrés Manuel López Obrador, afirmar que desde entonces, (ellos) tenían asegurados ya los votos necesarios para ganar, por lo que, en ese momento, la urgencia era acercar (al candidato finalmente ganador) “cuadros, nombres…” de personajes (públicos) de cierto renombre, altamente capacitados y con experiencia en el servicio público.
Fueron esos los tiempos en que se produjeron las más llamativas “migraciones” de panistas, priistas o de otras formaciones —la senadora Gabriela Cuevas, los exdirigentes panistas Germán Martínez Cázares y Manuel Espino Barrientos, el cuestionadísimo exfiscal Santiago Nieto Castillo o el beltronista Canek Vázquez Góngora, entre otros— al Movimiento Regeneración Nacional y, más específicamente, al entorno del tabasqueño pues, en sentido estricto, la gran mayoría de ellos no se afilió formalmente al partido liderado por éste.
A la vista, las designaciones que desde su apabullante triunfo en los pasados comicios, el 1 de julio, ha venido haciendo el ahora ya Presidente electo, entre los que sobresalen los de “no partidistas”, nada parece más atinado que asegurar que lo expuesto entonces por sus afines era no sólo cierto sino, más exactamente, necesario para garantizar mínimos de gobernabilidad y eficiencia al arranque de la futura administración sexenal.
El hecho de que sólo una mínima parte, tres o cuatro hasta ahora, de los futuros secretarios de Estado pueda de manera oficial, seria, ostentar su formal adhesión y militancia en Morena —Rocío Nahle García, para Energía; Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, en Función Pública y María Luisa Alcalde Luján, en Trabajo— evidencia la validez de la consigna que, durante las últimas semanas, meses de campaña, parecería haber ocupado a no pocos de los altos mandos del lopezobradorismo.
Es verdad, y esto hay destacarlo, que en las periferias del tabasqueño existen personajes capacitados y con experiencia, ya nominados a algún cargo de primer nivel —Marcelo Ebrard Casaubón, para Relaciones Exteriores; Alfonso Durazo Montaño a Seguridad Pública; Carlos Urzúa Macías a Hacienda o, incluso, Julio Scherer Ibarra a la Consejería Jurídica— que si bien pueden ostentarse de haber estado y/o trabajado siempre, o de un buen número de años a la fecha cerca del futuro Presidente, no existe evidencia hoy de que se hayan afiliado al partido que él creó y que le postuló.
Y todo ello, insistamos sólo a nivel del denominado gabinete legal porque, si somos honestos, situaciones como la que ahora nos ocupa, simple y menudean cuando al gabinete ampliado nos referimos…
¿Gabinete plural entonces, o simple agrupamiento de capacidades y experiencias…? Lo cierto es que unos y otros gozan de la confianza de quien les llamó a su entorno o les aceptó en el mismo.
ASTERISCOS
* Colaborador cercano de los representantes papales en México, entre 2005 y 2012, los nuncios Giuseppe Bertello y Cristophe Pierre, el venezolano Edgar Peña Parra fue designado sustituto de la Secretaría de Estado vaticana, “número tres”, en un movimiento que confirma la visión latinoamericanista del papa Francisco que, aunque de manera indirecta, amplía las posibilidades de relación y acercamiento entre la Iglesia, el país…y nuestro gobierno.
* Nada despreciable debe ser el malestar existente contra Miguel Ángel Yunes Linares, el impresentable gobernador veracruzano, cuando empresarios de la entidad organizan ya diversos festejos para celebrar que al ¿panista? le restan sólo 100 días en la posición e, incluso, ofrecen colocar relojes en conteo regresivo, en plazas públicas, para tener presente ¡cuándo se irá!…
Veámonos el lunes, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx