Por Marien Garza, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition
En el marco del mes que conmemora el Día Mundial de Corazón. Hablar de estadísticas en México respecto a algunas enfermedades es difícil. Sin embargo, en lo que respecta a las enfermedades del corazón, hoy existe una prevalencia muy alta, ya que son la primera causa de muerte en nuestro país. Por ejemplo, en lo que va del año 2019 en el Instituto Nacional de Cardiología, la primera causa de muerte con el 32.7%, son las enfermedades isquémicas del corazón que incluyen todo lo relacionado con los vasos sanguíneos como cardiopatías coronarias, reumática, congénita, cerebrovasculares, entre otras. Estas enfermedades crónicas generan altos costos para su prevención y control y representan un gran reto para la Salud Pública en México.
Un corazón sano está ligado a una alimentación saludable. Existen muchos factores de riesgo que incrementan las posibilidades de presentar enfermedades cardiovasculares: el tipo de dieta, el sedentarismo, el consumo de tabaco, la obesidad, el estrés laboral, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus.
En Herbalife Nutrition te brindamos algunas recomendaciones importantes para poder tener un corazón saludable, a través de una buena nutrición:
Disminuir el consumo diario de sodio. Diversos estudios desde varias décadas atrás han relacionado el exceso de sodio al aumento en la hipertensión arterial, que a su vez es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.[1] La American Heart Association (2019) recomienda que los adultos sanos no consuman más de 2,300 mg de sodio al día (aproximadamente una cucharadita de sal). Reducir la cantidad de sal que se agrega a la comida en la mesa o mientras se cocina, es muy importante.
Gran parte de la sal que comemos proviene de alimentos enlatados o procesados; como sopas, productos congelados. Comer alimentos frescos y hacer nuestros propios platillos, es una gran idea. Usar especias para sazonar como hierbas de olor (clavo, comino, laurel, albahaca, tomillo, eneldo) puede sustituir el uso del salero para cocinar.
Es muy recomendable consumir grasas saludables y limitar la cantidad de grasas saturadas y grasas trans. El disminuir este consumo, será un paso importante para reducir el colesterol LDL en la sangre y con ello disminuir el riesgo de enfermedad coronaria. Un nivel alto de colesterol LDL en la sangre, puede provocar una acumulación de placas en las arterias llamada aterosclerosis, que puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. La grasa trans está presente en productos ultra procesados que presentan grasa hidrogenada o parcialmente hidrogenada, desafortunadamente mucha de la comida rápida y alimentos fritos contienen este tipo de grasas.
Hay que preferir el consumo de grasa no saturada y de ácidos grasos esenciales Omega 3, presentes en los pescados salvajes y grasos como salmón, atún, arenque y halibut. Un suplemento alimenticio que contenga Omega 3, puede incluirse diariamente como complemento a nuestra dieta diaria, apoyando así el buen funcionamiento de nuestro corazón. El consumo de proteínas magras también apoya a reducir el consumo de grasas saturadas, como por ejemplo consumir res, pollo, pescado, cerdo y pescado sin piel ni grasa visible; además de preparar estos alimentos asados, a la plancha o al vapor en lugar de fritos, empanizados o capeados. En cuanto al consumo de lácteos buscar siempre fuentes descremadas o light.
Lo ideal es comer más frutas y verduras, un consejo aparentemente trillado. Debemos siempre recordar que las verduras y frutas son buenas fuentes de vitaminas y minerales. Las verduras y frutas también son bajas en calorías y ricas en fibra dietética, contienen sustancias antioxidantes, que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares. Te recomiendo siempre tener verduras lavadas y cortadas dentro del refrigerador para colaciones rápidas y sencillas; mantener la fruta en un tazón visible en la cocina o el comedor para recordar comerla, y lo más importante escoger recetas que las incluyan como ingredientes principales, como sopas o fruta fresca mezclada en ensaladas.
El dicho “Barriga llena, Corazón contento” debe transformarse a “Nutrición correcta, corazón contento”.