Por Leo Zuckermann
Cómo ha cambiado el mundo en unas cuantas semanas. Cuando comenzó este año, todos pensábamos que el evento internacional más importante de 2020 serían las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Dicho acontecimiento, ahora, ha quedado eclipsado por las crisis sanitaria y económica del coronavirus.
No obstante, los comicios estadunidenses seguirán siendo muy importantes para ese país, para México y para el mundo entero. El resultado final, y me refiero a la posible derrota de Donald Trump, puede ser una buena noticia para nuestro país. La pregunta, por tanto, es si Joe Biden, el presunto candidato de los demócratas, puede ganarle la elección al actual Presidente.
Hoy por hoy, de acuerdo a los apostadores (la gente que está arriesgando dinero para predecir el futuro), la elección es un volado: 50 por ciento de probabilidad de que los demócratas se alcen con el triunfo y 50 por ciento de que sean los republicanos.
A pesar de que la economía pasó de tener un crecimiento sólido a una profunda recesión, y de la pobre respuesta del gobierno de Trump para resolver la crisis sanitaria del COVID-19, los momios prácticamente no se han movido durante todo el año. Esto quiere decir que los apostadores (utilizo los números del sitio predictit.org) todavía creen que es muy temprano como para apostarle a uno de los candidatos. En otras palabras, que todavía falta mucho para la elección del 3 de noviembre.
Efectivamente, en el contexto actual, noviembre se ve lejanísimo, como a años luz.
Bien a bien, no sabemos cuándo terminará la pesadilla de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos y cuáles serán los saldos finales en términos de muertos y caída del Producto Interno Bruto. Al día de hoy, nuestro vecino del norte tiene el mayor número de personas infectadas (un millón 203 mil) y de fallecidos por esta enfermedad (71 mil) de todo el mundo.
En cuanto a la economía, los números son fatales. Más de treinta millones de personas han perdido su trabajo en las últimas seis semanas, la mayor caída del empleo en toda la historia de ese país.
Estos números no son nada buenos para el presidente Trump. Sin embargo, ya hemos aprendido a no subestimar las virtudes electorales de este personaje. Contra viento y marea, sorpresivamente, ganó la elección de 2016. Y, desde entonces, Trump ha afinado su estrategia de polarizar al electorado para vencer.
Muchos estadunidenses lo aborrecen, pero otros lo quieren con locura. Las campañas harán poco para cambiar las intenciones de voto de los antiTrump y los proTrump. Ellos ya decidieron su voto. Lo que está en juego son los votantes que podrían irse a un lado, hacia el otro u abstenerse, los llamados “independientes”, sobre todo de los “estados columpio” que definirán los resultados finales de noviembre: Michigan, Pennsylvania, Wisconsin, Florida, Carolina del Norte y Arizona.
Del lado demócrata, el candidato Joe Biden tiene todo para ganar. Ha logrado unificar su partido, el cual estaba muy dividido gracias a que todas las facciones tenían la prioridad de desbancar a Trump.
El problema del exvicepresidente es que ya tiene una edad avanzada y a veces se le va la onda.
Además, es un político profesional en un mundo donde esto ya es una desventaja.
Supongo que para contrarrestar las críticas por su edad, Biden ha insinuado que será un presidente de un sólo periodo.
Sin embargo, la decisión más importante que tendrá que tomar es quién lo acompañará en la fórmula como candidata a la vicepresidencia.
Ya dijo Biden que será una mujer. De acuerdo a las apuestas de predictit.org, la favorita es Kamala Harris, la senadora afroamericana de California (28 por ciento de probabilidad), seguida por Amy Klobuchar, senadora de Minnesota (21 por ciento de probabilidad). Dada la edad de Biden y la posibilidad de que no se presente a la reelección en 2024, alguna de estas dos podría convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos. Tomando en cuenta que uno de los grupos de votantes más importantes en la elección serán las mujeres que viven en los suburbios, la nominación de quién acompañará a Biden resultará crítica.
En México, muchos piensan que lo más conveniente para nuestro país es la reelección de Trump porque ya conocemos a este personaje y anda de amiguito con nuestro Presidente. Yo, en cambio, pienso que lo mejor que le puede pasar a Estados Unidos, a México y al mundo es que se vaya Trump del poder y llegue un político profesional, como Biden, a poner orden y decoro a una Presidencia ineficaz y divisiva. Sería una gran noticia para México, quizá una de las pocas buenas de este año.
Twitter: @leozuckermann
Información Excelsior.com.mx