La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) va un paso adelante en el análisis de COVID-19, esto luego de que ingenieros de la reconocida institución crearan un método para lograr detectar fragmentos genéticos del virus del SARS-CoV-2 en aguas residuales.
Este mecanismo permitiría funcionar como una alerta temprana para reconocer zonas de alto riesgo, entre siete y 10 días antes de presentar síntomas relacionados al coronavirus.
Germán Buitrón Méndez y Julián Carrillo Reyes, especialistas del Laboratorio de Investigación en Procesos Avanzados de Tratamiento de Aguas (LIPATA), fueron los encargados de montar las pruebas para así determinar las trazas genéticas del COVID-19.
Los expertos detallaron que pese a que el virus es destruido por geles y jabones, se conservan fragmentos en las heces humanas que llegan a las aguas residuales, convirtiéndose en huellas que son posibles de detectar.
“Es un método de alerta temprana que podría contribuir a la toma de decisiones, pues es posible saber en qué zonas (colonias, fraccionamientos, hospitales) aumentan los fragmentos del virus, lo que significa que son los lugares más afectados. Lo interesante es que conocemos el incremento de la infección días antes de que las personas tengan síntomas”, explicaron
Se sabe que el virus del SARS-CoV-2 se excreta a través de las heces humanas, y aunque todavía se desconoce si es viable o activo en las aguas residuales, la pared o cápside del microorganismo se abre, por lo que suelta material genético que prevalece en las aguas negras, lo que permite cuantificar.
Para su análisis a las trazas se les debe realizar una prueba PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) y así poder detectar y cuantificar el virus, “después lo asociamos con el número de personas infectadas”, agregaron los especialistas.
Cabe mencionar que las pruebas se empezaron a realizar a principios de abril en algunos puntos de la capital de Querétaro, por lo que los expertos de la UNAM participaron en una convocatoria del Conacyt y se encuentran a la espera de los resultados e incluso propusieron aplicar su método al Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
Con información de Excélsior y UNAM