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Andrés Manuel López Obrador adelantó (otra vez) la sucesión presidencial.
El plan original de Morena, en palabras del propio Mario Delgado, era que en el verano del 2023, julio, agosto y septiembre, se realizaran las encuestas para definir al abanderado o abanderada de la Cuarta Transformación.
El resultado del ejercicio demoscópico, según el partido guinda, se anunciaría a finales de noviembre o principios de diciembre de este año.
Los planes se ajustaron de nuevo.
Tras haber caído enfermo, donde se generaron numerosas especulaciones y la respuesta del gobierno fue caótica, López Obrador se reunió de forma sorpresiva con los senadores de la 4T en Palacio Nacional.
Ahí, con los legisladores de Morena, el Verde y el PT, el mandatario se sentó, en una icónica foto, con las principales figuras a sucederlo: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto y Ricardo Monreal.
En el encuentro, además de tirarse línea para aprobar una serie de reformas, 20 en total, en la sede alterna del Senado, el titular del Ejecutivo marcó los tiempos para la elección de su sucesor o sucesora.
Indicó que en un plazo de 3 meses, 90 días, es decir, por ahí de agosto, se debe levantar la encuesta para definir quién habrá de sucederlo en la silla presidencial.
La sacudida del presidente López Obrador no se hizo esperar.
Marcelo Ebrard inmediatamente lanzó un mensaje: o se hace encuesta o hay una favorita.
A eso se suma que el canciller ha comenzado a hacer ajustes en su equipo de colaboradores: la subsecretaria Martha Delgado renunció ayer a la dependencia federal con la finalidad de meterse de lleno a su campaña.
Al interior de Morena ven probable que Ebrard renuncie pasando las elecciones del 4 de junio con el objetivo de dar el último jalón antes de la encuesta de Morena.
En las próximas semanas se vienen cambios en el Gobierno de cara a las cada vez más cercanas elecciones del 2024. Información Radio Fórmula