Por Pascal Beltrán del Rio
“No es un regalo, vine en representación
oficial y con permiso de Contraloría”.
José Merino, funcionario público.
Durante su comparecencia del lunes pasado ante comisiones de la Cámara de Diputados, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, calificó como “virtual” la pérdida que registró la empresa productiva del Estado en el tercer trimestre: 87 mil 900 millones de pesos.
“¿De dónde sale la pérdida? De la utilidad o pérdida cambiaria. El año pasado, en el tercer trimestre, traían un tipo de cambio de 18.81 (pesos por dólar) y eso dio una ganancia virtual de 94 mil millones de pesos; en este trimestre que traemos un tipo de cambio de 19.63, esto nos arroja una pérdida de menos 35 mil millones. Pero insisto, es un tema virtual. Yo no manejo mucho el tema financiero, espero no haberlos enredado”, dijo el funcionario.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, una de las definiciones de virtual es “que tiene existencia aparente y no real”. Si echamos mano de la explicación de Romero Oropeza, podemos entender mejor otras cosas que suceden en el país y que quizá son confusas a simple vista.
Por ejemplo, las imágenes que circularon la misma tarde del lunes y que darían cuenta de una inundación en el terreno donde se construye la refinería de Dos Bocas en Tabasco.
Muchos creyeron que se trataba de los efectos del frente frío número 7 sobre la costa del Golfo de México, pero no es así. El gobernador de Tabasco nos hizo saber que en realidad se trata de una ilusión óptica. “Lo que ustedes ven es el agua que se está bombeando con arena del mar que se filtra y después regresa al mar. El terreno no tiene problema”, afirmó Adán Augusto López. Se trata, pues, de una inundación virtual.
Pero hay otros ejemplos de cosas que parecen, pero no son.
¿Acoso contra personajes públicos mediante la exhibición de sus propiedades y congelamiento de sus cuentas bancarias? Eso pudiera parecer a simple vista, pero no es así. Es un acoso virtual. En realidad se trata del combate a la corrupción.
¿Pleitos a balazos en las asambleas del partido del gobierno y manipulación de su padrón de militantes? Para nada. Entorne los ojos y enfoque bien la vista y usted verá que se trata de la alborada de una nueva y auténtica democracia.
Si a usted le pareció raro que la secretaria de la Función Pública organizara una conferencia para que su suegra hablara sobre la lucha contra la corrupción, o el director de la Agencia Digital de Innovación Pública (whatever that means) aceptara un viaje a Cancún a cuenta de un “donante” del gobierno capitalino –¡oh, altruismo!–, no vaya usted a pensar mal. Si hay ahí conflictos de intereses, son sólo virtuales. En realidad se trata de los nuevos estilos de hacer política “desde la izquierda”.
Si al coordinador técnico de Vinculación Internacional del IMSS (sic) lo invita una empresa a presenciar el Gran Premio de Fórmula Uno, no vaya usted a pensar que lo acepta a cambio de algo, ni vaya usted a decir que está violando alguna ley sobre obsequios a funcionarios públicos, porque no es así. Ni lo mande Dios. En todo caso, esa es una interpretación virtual. La real es que está demostrando que la supuesta oposición de la 4T a la celebración de la carrera –por elitista y pigmentócrata– era una exageración y que a los miembros y adherentes del oficialismo en realidad les encanta la velocidad.
O si un operativo para aprehender a un capo falla, no se le ocurra que es por falta de coordinación o para taparle el ojo a algún macho de allende nuestra frontera. No. Está clarísimo que es una demostración de humanismo.
Y si en algún momento usted llega a creer que no estoy hablando en serio, se equivoca nuevamente. El único sarcasmo del que soy capaz es virtual.Información Excelsior.com.mx