Por Enrique Aranda
A 16 meses de iniciar, 258,165 decesos…y contando.
Evidencia más que clara de la (terca) forma en que se toman ahora las decisiones al más alto nivel oficial, el retorno de poco más de 25 millones de niños y jóvenes a las aulas en la cima de la “tercera ola” de la pandemia provocada por covid-19, podría constituirse en un nuevo tema que confronte a la sociedad con el gobierno de la 4T, cuando éste se apresta a iniciar la segunda mitad de su gestión…
Esto último, la innegable convicción de que a partir del próximo 1 de septiembre deberán comenzar a descontar días de gestión en lugar de sumarlos, más la íntima convicción de que la apertura de unidades escolares entraña un alto riesgo, parecería tener a no pocos del más alto nivel del gobierno federal al borde del colapso. Y más, explicaría alguno de ellos, cuando para nadie es un secreto que si bien no todos, sí un número importante de los más de 200,000 planteles que esta mañana abrirán sus puertas no se encuentra en condiciones físicas o sanitarias idóneas ni cuentan con capacidad y recursos para garantizar el seguro retorno de los menores… particularmente en las zonas menos desarrolladas.
Más allá, entonces, la pertinencia o no de avanzar por la ruta marcada después de la impositiva consigna de volver a clases presenciales “llueve, truene o relampaguee…” o de la urgencia de hacerlo en aras de favorecer el pleno desarrollo físico y mental de niños y jóvenes, el reto, parecería, estará centrado en avanzar, prácticamente a contracorriente, en la adecuación y/o recuperación de instalaciones y dotar a las mismas de lo necesario —agua corriente, incluso— para evitar riesgos innecesarios o, en caso de presentarse contagios indeseables, atender con premura a los afectados.
No será hoy, entonces, éste un día fácil, como no lo serán muchos de los que le seguirán en razón de la dimensión (mayor) de la apuesta que se está haciendo por parte de gobierno y sociedad por lo que no sobra exigir cordura y prudencia a autoridades sí, pero también a maestros, padres de familia y, en lo posible, a los propios educandos…
asteriscos
* ¡Vaya duro golpe! y “exhibida” la que el Tribunal Electoral Federal propinó al panismo, al grupo del impresentable y presuntamente corrupto Jorge Romero Herrera en concreto, al revocar la constancia de mayoría al diputado plurinominal Daniel Martínez Terrazas, de Morelos, por no acreditar su supuesta “adscripción indígena”. Por mentiroso, pues…
* Ahora sí que “contra viento y marea”, la oposición en la próxima LXV Legislatura logró contener los afanes autoritarios del lopezobradorismo e impuso al (cuestionado) priista Rubén Moreira como presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro para el primer año de gestión. El panista Santiago Creel encabezará la Mesa Directiva el segundo año. Ya veremos…
* Presumiblemente con apoyo del nuevo titular de Hacienda Rogelio de la O, el excoordinador de Administración y Finanzas de la Sedesol “peñista” Francisco Mora Anaya asumirá el miércoles como nuevo titular de Segalmex, donde desde la salida con rumbo al Zócalo de Oscar Navarro se desempeña como responsable de la Unidad de Administración y Finanzas…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx