Por Héctor Herrera
“Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros”:
Baltasar Gracián
En un principio era como un susurro que, con el tiempo, se ha convertido en una pregunta frecuente: ¿Dónde está la oposición? He comenzado a escuchar respuestas que coinciden con la narrativa presidencial: la oposición está moralmente derrotada. Sin propuestas, sin respuestas y sin capacidad de reacción.
La oposición se encuentra pasmada sin un discurso que se oponga a la diaria ofensiva presidencial. No han sido capaces de entender que el cambio de régimen es un hecho, y que estamos jugando en cancha nueva.
Las figuras más representativas del antagonismo presidencial como: Diego Fernández, Margarita Zavala, Ricardo Anaya, Marko Cortés, Alejandro Moreno, Rubén Moreira, Jesús Zambrano et al, no han sido capaces de crear un discurso que conecte con la gente, ni tampoco abrir resquicios para mostrarse como una opción viable. Exponen un discurso desgastado, barroco, añejo. Lo que dicen no le va a nadie, a ningún sector de la población.
Su único estrategia y respuesta visible es mantenerse a la defensiva. Están a la espera de que la narrativa presidencial haga agua, o están al acecho del trabajo de medios y de algunos colegas, para con ello, construir un argumento testimonial. Esa es su contraofensiva. Esperar a que otros hagan su trabajo.
La oposición no ha encontrado, ni siquiera explorado, un resquicio por dónde doblegar el discurso y el ejercicio de gobierno de la 4T. Sus lances quedan en remedos. No hay estrategia, no hay discurso, no hay personajes.
No hay actor político de ninguno de los partidos opuestos al presidente que haya construido una narrativa atractiva para la población, y no solo para los 33 millones que votaron por López Obrador, sino tampoco para los 33 millones que dice el presidente se oponen a su gobierno, y en consecuencia son conservadores y adversarios. Una fracción de la clase media y los “machuchones” se encuentran sin opciones. En privado, la clase empresarial critica abiertamente al ejecutivo federal, pero en público, callan, aguantan y, en consecuencia, no invierten.
La oposición al presidente no viene de los partidos que están asustados, proviene de otros actores políticos y sociales como: Lorenzo Córdova, presidente del INE, Carlos Loret, y algunos medios vinculados estrechamente con sectores político empresariales.
La real oposición al presidente se encuentra en Morena, y en algunas de sus figuras, sobre todo, quienes están interesados en la sucesión presidencial. El gobierno de la 4T tendrá su prueba de fuego en el momento que la sucesión comience a tomar forma.
PRI, PAN y PRD están solo al acecho. Como ya sucedió en Quintana Roo donde Movimiento Ciudadano “convenció” al senador “morenista” José Luis Pech de aceptar la candidatura del partido, después de haber perdido la contienda interna en Morena contra Mara Lezama. Pech al picar el anzuelo de Dante Delgado dijo: “no acepto la soberbia de quienes se han adueñado de Morena”.
En tanto, el PRI sigilosamente teje en lo oscurito lazos con Morena, con el objetivo de salvar el pellejo. El PAN no suda ni se acongoja, lo relevante es seguir con la fachada opositora testimonial y el PRD, ni se diga.
De la libreta
La ex candidata presidencial Cecilia Soto, está tentando al canciller Marcelo Ebrard para que se vaya por la solución “Calderón”. Renunciar e ir sin rodeos por la candidatura presidencial. Hay priístas, panistas, gente de Movimiento Ciudadano y del Verde que ya están trabajando por esa candidatura.
El ex secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, está levantando la mano. Ya trabaja en la construcción de su candidatura. Tiene porte y discurso. Ya veremos.
El caso reciente de Eduardo López Betancourt en el Tribunal Universitario, el de Cristóbal López en Comunicación Social y las diferentes manifestaciones por acoso laboral y violencia de género muestran que las autoridades de la Universidad Nacional deben tomar con mayor seriedad las denuncias. Necesario que queden atrás las épocas de protección y ocultamiento. Información Radio Fórmula